Las marcas son la mejor manera de exhibir la riqueza, y existe una avalancha de nuevos millonarios en todo el mundo a los que les gusta presumir.
"Las marcas que se compran tienen socialmente quizás mayor relevancia que el nivel de dinero que se gana" asegura Erwan Rambourg director general del HSBC en su reciente libro "The Bling Dynasty: Why the Reign of Chinese Luxury Shoppers Has Only Just Begun" (La Dinastía Bling: ¿Por qué el Reino de los compradores de lujo de China no ha hecho más que empezar).
Rambourg ha desarrollado una pirámide para desvelar cómo las principales marcas de lujo varían en accesibilidad, desde los lujos cotidianos como Starbucks hasta los exclusivos diamantes de Graff.
Las marcas o productos asociados con el lujo de cualquier tipo se benefician del aumento de los patrimonios en todo el mundo. Sin embargo las marcas que se vuelven demasiado accesibles resultan menos atractivas para los compradores de alta gama. Louis Vuitton, por ejemplo, es considerada una "marca para secretarias" por muchos chinos ricos.
Erwan Rambourg asegura que Louis Vuitton esta realizando en la actualidad una publicidad más específica lanzando ediciones limitadas. El experto indica que la marca se ha vuelto mas creativa en hacer que las personas se sientan únicas, ejecutando algo tan simple como poner las iniciales del cliente en el producto.
Gucci tiene que lidiar con un problema de reputación similar al de Louis Vuitton en China, mientras que las ventas de los artículos hechos a medida y marcas europeas menos conocidas como Bottega Veneta se han disparado.
Los artículos hechos medida son considerados el bien de lujo por excelencia. "Ya se trate de un baúl a medida de Louis Vuitton para whisky y puros o una piedra de Graff, todos los sueños y precios más increíbles se hacen realidad en ese sector", indica Rambourg.
El sector del lujo hace 20 años fue impulsado por los consumidores europeos, hace una década, por los consumidores japoneses y hoy en día los chinos son el motor fundamental. En 2015 los consumidores chinos serán los responsables del 35% del consumo de lujo mundial.
"Muchos son los que hablan de China, pero la realidad es que deberíamos hablar de lo que pasa con los chinos”, asegura el experto.