El índice general de la Bolsa de Shanghai, el indicador de referencia de los parqués chinos, ha caído más de un 30% desde mediados de junio. El equivalente a que en Estados Unidos el Dow Jones hubiera caído 6.000 puntos al nivel de 11.000, una verdadera debacle. La preocupación actual se centra en el potencial efecto contagio al resto de las bolsas asiáticas. El desplome bursátil ha obligado a suspender la negociación a más de la mitad de las cotizadas chinas.
Otro aspecto a considerar es el efecto que tendrá esta perdida de confianza en las bolsas sobre la demanda de oro de inversión en China. Bien conocida es la afinidad cultural que tiene el pueblo chino con el oro, y ese apego acaba de recibir una inyección de adrenalina.
Antes del mes de junio, los volúmenes de negociación en el Shanghai Gold Exchange (SGE) (Bolsa de Oro de Shanghai) eran un 20% mayores que el año anterior. Y ahora, después del crash bursátil en China el Shanghai Gold Exchange esta registrando volúmenes fuera de lo habitualmente normal. A principios de julio, el diario taiwanés Want China Times, informaba que el Shanghai Gold Exchange había registrado en un solo día a finales de junio un volumen de contratación récord de 48.330.000 gramos de oro (48,3 toneladas métricas).
Los desplomes de las bolsas suelen impulsar la demanda de oro. Una consideración importante para los inversores en otras partes del mundo es el efecto que puede tener una fuerte la demanda del metal por parte de China sobre el futuro precio del oro.
George Gero, jefe de metales preciosos de RBC Capital Markets Global Futures, asegura que los controles de precios actuales impuestos por las autoridades chinas son sólo una solución a corto plazo, pero que podría llevar a los inversores chinos a comprar nuevamente acciones y una bolsa estable podría llegar a ser positivo para el mercado del oro.
Gero agregó, que la cotización del oro continuará batallando a largo plazo, ya que ahora se encuentra fuera del radar de la mayoría de los inversores. "Los inversores no quieren ser compradores o vendedores de oro hasta que reciban una clara señal y sepan lo que está sucediendo con la Reserva Federal. La incertidumbre proveniente tanto de Grecia como de China está creando una gran inseguridad y despertando temor, porque nadie sabe lo que va a hacer la Fed", asevera el experto.