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El creciente interés por el lujo en Irán

Irán es un mercado potencial para las grandes marcas de lujo, que tienen una gran aceptación entre la clase media.

La semana pasada la BBC se hacia eco del gran interés por el lujo existente en Irán. La República Islámica se encuentra en la actualidad en el radar de las grandes marcas, que ven un gran potencial de ventas en el futuro.

Tras las décadas de austeridad que siguieron a la Revolución Islámica, en Teherán se han abierto al publico múltiples centros comerciales y las marcas de lujo están empezando a tener una gran aceptación entre la clase media. Los productos de diseño que se exhiben se importan de terceros a través de Turquía y los Estados del Golfo.

Escada, Mango y Benetton son de las pocas marcas de lujo occidentales que han abierto tiendas en Irán. Las grandes marcas de moda occidentales están autorizadas a hacer negocios en el país, pero las sanciones internacionales vigentes por el programa nuclear dificultan la transferencia de los beneficios al extranjero.

En las grandes ciudades los tradicionales bazares se enfrentan ahora a la férrea competencia de los centros comerciales al mas puro estilo americano.

El estricto código de vestimenta islámica en Irán también se aplica a la publicidad, por lo que las compañías tienen que mostrar a las mujeres totalmente cubiertas, o optar por enseñar únicamente la ropa.

Pero a los jóvenes millonarios iraníes, acostumbrados a viajar, a navegar por internet y a ver televisión por satélite les fascinan los productos de marca. De hecho existen plataformas iraníes online que ofrecen ropa y accesorios de las grandes marcas y diseñadores occidentales que ofrecen un servicio de entrega a domicilio gratuita. Las casas de moda carecen de control sobre este llamado "mercado gris" al que se ven sometidas sus marcas en Irán.

A través de la cuenta de Instagram Rich Kids of Tehran o la de Twitter,  los jóvenes multimillonarios iraníes hacen ostentación de su ropa de diseño y de sus estilos de vida. Cuando aparecieron las cuentas por primera vez el año pasado, los conservadores en el poder se irritaron, pero los jóvenes magnates no han parecido inmutarse por la polémica.

Si las seis potencias que se encuentran negociando la limitación de la capacidad nuclear iraní, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, China y Rusia, acuerdan como parece que va a suceder, levantar en breve las sanciones que pesan sobre el país desde hace más de diez años, a las grandes marcas se les abrirán las puertas a un mercado poco explotado, que podría ofrecer grandes beneficios en el futuro.