Las autoridades francesas están tomando medidas drásticas para fortalecer el control sobre los pagos con dinero en efectivo, y sobre las ventas de oro y bienes tangibles. Francia asimismo pretende reforzar el control sobre las cripto-monedas, como Bitcoin.
Según el diario francés Le Parisien, a partir del próximo mes de septiembre los ciudadanos franceses no estarán autorizados a realizar pagos en efectivo por encima de 1.000 euros. Aquellos que residan fuera de Francia podrán pagar hasta 10.000 euros. Esta es una clara concesión a la industria del lujo francés, en cuyas boutiques los turistas gastan grandes cantidades de dinero en efectivo.
Otra novedad es que a partir del año 2016 por cada ingreso o retirada de dinero mensual de más de 10.000 euros de una cuenta, el banco debe informar de la transacción a la Policía francesa de Delitos Financieros TRACFIN.
El ministro de Finanzas francés Michel Sapin justifica estas medidas restrictivas culpando a la lucha contra el terrorismo. Pero según los expertos, la campaña afecta más a los evasores de impuestos, a los que lavan dinero y a los trabajadores ilegales, que a las redes terroristas internacionales.
En el país galo son muchos los que piensan que las autoridades francesas están librando una guerra en forma de represión financiera. Incluso al Estado francés únicamente se le pueden pagar pequeñas cantidades en efectivo, el techo de pago en efectivo de impuestos se ha reducido de 3.000 a 300 euros.
Numerosos analistas señalan que si los bancos y los gobiernos lo que buscan es ostentar el control del dinero, lo conseguirán haciéndose con el monopolio del flujo del mismo y con la implantación de un sistema mundial en el que las transacciones de divisas sólo puedan llevarse a cabo vía electrónica a través de las instituciones bancarias.
P.D. “Si por alguna razón usted se opone a alguna de estas medidas, ya ha sido advertido y puede ser sospechoso de lavado de dinero, evasión de impuestos, o incluso de terrorismo”.
Se desconoce si otros países de la zona euro tomarán medidas similares a las de París para restringir el uso libre del dinero, pero en Suecia donde en 1661 se imprimió el primer billete de banco, el uso del efectivo está siendo eliminado progresivamente. Cada vez más, las compras se pagan a través de los teléfonos móviles, incluso muchos bancos han dejado de manejar completamente el efectivo. El banco central de Dinamarca justifica el fin del uso de dinero en efectivo señalando que fabricar papel moneda y monedas, ya no es rentable.
Israel también busca poner fin a la utilización del cash, el jefe de gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu, ha anunciado un plan de tres fases para "acabar con las transacciones en efectivo en Israel".