Existen muchos datos que sugieren que la actual desaceleración del sector del lujo en China no es más que un pequeño bache en el camino.
Después de que cayeran en 2014 las ventas de Prada en China un 4%, la compañía italiana asegura que los tiempos difíciles para el lujo van a continuar.
Pero al mismo tiempo la exclusiva marca francesa Hermès, conocida por sus bolsos Birkin o los emblemáticos pañuelos de seda, ha optado por ampliar sus tiendas en China. Eso incluye la emblemática Maison Hermès en Shanghai hace unos meses.
Según se desprende de un nuevo informe patrocinado por Citigroup y realizado por la 'Economic Intelligence Unit' (Unidad de negocios independiente dentro del grupo The Economist, que realiza pronósticos y asesoramiento económico), los chinos ricos van a tener dentro de cinco años el doble de activos que sus homólogos estadounidenses.
Para el año 2020 se prevé que los activos financieros de los chinos que poseen entre 100.000 y 2.000.000 de dólares alcanzarán en conjunto los 53.000 millones de dólares frente a los 27.000 millones de los Estados Unidos.
Esto significa que un montón de gente querrá continuar comprando marcas como Prada, Gucci y Tiffany & Co o Estée Lauder.
La compañía de moda y accesorios estadounidense Michael Kors, que recientemente comenzó con su expansión en China, aseguró que las ventas están "empezando a tomar fuerza”. La joyería estadounidense Tiffany también va viento en popa con su expansión en China, a pesar de las malas cifras registradas en sus tiendas de Hong Kong.
Otras compañías occidentales, incluyendo las marcas que no son de lujo, tienen grandes planes para China. Gap Inc., cuyas marcas incluyen a Old Navy, planea abrir 40 nuevas tiendas en China este año, mientras que Ralph Lauren ve a China como uno de sus "grandes" mercados.
Fabrizio Freda, director ejecutivo de Estée Lauder señala que "El crecimiento del sector de la cosmética de lujo en China se mantiene y vemos la oportunidad de abrir en otras ciudades y a través de otros canales y lanzar más marcas”.
Queda claro que cualquier tipo de ralentización económica en China la perciben los ejecutivos del sector minorista y del lujo como un problema pasajero.