Fiel a su compromiso de preservar el patrimonio histórico de la firma, el presidente de Breguet, Marc A. Hayek, ha adquirido recientemente para su museo el cronógrafo de a bordo Nº 2023 vendido a Bugatti en 1932. No ha trascendido el precio que se ha pagado por este reloj en la subasta Artcurial de París con la que se clausuraba el Salón Rétromobile, una cita ineludible para los amantes de los coches clásicos.
Esta pieza que ya forma parte de la colección de piezas históricas del Museo Breguet forma parte de una serie de nueve relojes para coche que la manufactura creó específicamente para la casa italiana Bugatti.
El cronógrafo de a bordo se fabricó en el periodo de entreguerras y es una prueba de la gran diversidad de la actividad que desarrolló en ese periodo Breguet que atendió encargos de la marina, la aeronáutica y el sector del automóvil. Ettore Bugatti tenía excelentes relaciones con la firma y le encargó para colocar en el centro del volante de los coches de lujo Royale un cronógrafo con escala taquimétrica, una complicación que sirve para medir la velocidad.
Breguet diseñó el cronógrafo Nº 2023 con una caja metálica cromada de 67 mm de diámetro, esfera color crema con agujas Breguet en acero azulado, que son identidad de la casa desde 1783; totalizador de minutos a las 6 h, escala taquimétrica en el contorno y la mención “Spécial pour Bugatti”. Esta pieza está equipada con un movimiento mecánico con reserva de marcha de 8 días, cuya corona de remontuar está posicionada a las 6 horas.
Los cronógrafos que diseñó y creó Breguet para la casa italiana de coches de lujo Bugatti pusieron de manifestó el savoir-faire acumulado desde que fue fundada por el maestro Abraham Louis Breguet en 1755.