El tiempo le ha dado la razón a Apple. Hermès, la exclusiva casa icono del lujo mundial, ha diseñado una gama de correas para los famosos Apple Watch, cuyo lanzamiento ha tenido en vilo a medio mundo este año 2015.
En la aparente pugna por la definición del concepto de lujo mantenida por los expertos en el tema, Hermès ha sido el primero en dar el paso y posicionarse a favor de los nuevos tiempos. Al fin y al cabo, dado su prestigio, no puede más que beneficiar a la marca el que sea conocido por el público más joven y adinerado que ansía lucir en su muñeca el Apple Watch que nadie lleve.
Tanto el jefe de diseño de Apple, Jonathan Ive, como Pierre-Alexis Dumas, director artístico de Hermès, coinciden en sealar la colaboración como "el equipo perfecto". A la calidad, exquisitez y prestigio en su campo de la casa francesa se le une la vanguardia de la tecnologia y la excelencia de Apple. Ambas casas han expresado la admiración y el respeto hacia la otra, conscientes de que son representativos del éxito en su ámbito particular, y de que su unión añade valor al producto. Además de eso, cada una de las marcas refuerza su nuevo posicionamento en el mercado. Hermès pretende ampliar su espectro y crear objetos de diseños exclusivo y elegante pero funcionales para el ciudadano del siglo XXI. Apple quiere abrirse paso en el sector del lujo, y para ellos, la asociación con Hermès le aporta credibilidad y un padrinazgo inmejorable.
Los nuevos modelos se diferencian, en primer lugar por la correa, que puede ser de una o dos vueltas y modelo brazalete. En los dos primeros casos, la caja está fabricada en acero inoxidable de 38 mm. En el modelo brazalete la caja es más grande y está fabricada en acero inoxidable de 42 mm. La correa es de cuero fauve de Barenia, esfera negra y capucine cuero Swift. Todos los modelos se pueden encontrar en algunas tiendas Apple y Hermès y a partir de octubre en grandes almacenes de lujo.
Los precios oscilan entre los 1700 y los 2300 dólares, dependiendo del modelo.