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Los aeropuertos salvan las ventas de Ferragamo

Las ventas en las tiendas de los aeropuertos internacionales compensan las ventas de Ferragamo en el 2014.

La ascensión de las cifras de venta de productos de lujo de todo tipo en países emergentes asiáticos, especialmente China, es uno de los fenómenos que marcan la actualidad empresas del sector, como Salvatore Ferragamo, desde hace unos años. Mientras que Europa trata de salir adelante y superar la larga recesión de esta década, el gigante asiático se configura, día a día como un mercado portencial en expansión.

Pero acontecimientos económicos, como la convulsión del franco suizo, y también políticos, como los movimientos pro-democracia en Hong-Kong o la inestabilidad en China por escándalos de corrupción, por ejemplo, han agitado el mercado recientemente y empresas como el grupo suizo Richemond, propietaria de Cartier, ha padecido los efectos de esta situación. Sin embargo, los grandes exportadores, en especial aquellos cuyo destino es el imperio del sol naciente han visto en los aeropuertos un lugar donde refugiarse del temporal político y rescatar las cifras de ventas de un mal resultado. El volumen de viajeros con capacidad adquisitiva procedentes de China es una cifra a tener en cuenta. De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, el boom de viajeros chinos seguirá creciente y se espera que llegue a los 100 millones en el año 2020. No sorprende que el Duty Free del aeropuerto londinense de Heathrow despliegue campañas de ventas en sus tiendas en mandarín para atraer a estos viajeros dispuestos a comprar para matar el aburrimiento de la espera.

Es así como Salvatore Ferragamo, por ejemplo, ha logrado unos buenos resultados en el pasado 2014. A pesar de la caída de precios de la eurozona, de la inestabilidad en el lejano oriente o de los vaivenes de la economía, las tiendas del grupo italiano en los aeropuertos internacionales de todo el mundo ha ayudado a evitar los efectos en las cifras de ventas, que aumentaron un 4,6% en los primeros nueve meses del 2014. Así lo ha declarado Michele Norsa, C.E.O. de la firma que fabricaba los bolsos de Margaret Thatcher o los zapatos de Marylin Monroe, en la presentación de su colección Otoño/Invierno en el edificio de la Bolsa de Milán.