Hoy traemos a nuestras páginas la idea de un mecánico francés allá por los años 4o del siglo pasado porque se trata de una idea que se ha reinventado a lo largo de los años y es hoy una representación del diseño industrial adaptado a nuestro estilo de vida; es la conjunción perfecta de utilidad y belleza que tanto nos seduce en loff.it...
La historia comenzó a finales de los años 40 cuando Jean-Louis Domecq, el mecánico francés al que hacíamos referencia, comenzó a perder la paciencia debido a los problemas que le ocasionaba no tener una lámpara que se adaptase a las necesidades de su trabajo, siempre le faltaba un rayo de luz en el lugar exacto y le faltaban también maneras de hacerlo llegar a él de un modo fácil y sencillo que le permitiera seguir trabajando.
Y como Domecq era un tipo resolutivo se puso manos a la tarea para crear él mismo la lámpara que necesitaba. Así nació Standard, un foco de pie extensible y adaptable que daba luz allá donde se le enfocaba... y resultaba realmente fácil enfocarlo a cualquier lugar. Standard era la lámpara perfecta para quienes necesitaban luz en el detalle, para los mecánicos como Domecq pero también para otros muchos artesanos, para los arquitectos e incluso para los escritores y lectores. En los años 50 Jieldé, firma bajo la que Domecq comercializó su Standard, hacía furor por su gran utilidad.
Hacia finales de siglo, y cuando Domecq se había despedido ya del mundo, su Standard comenzó a adaptarse a otros entornos; con el gusto por el diseño industrial y su utilidad como aliados, Standard se volvió loft e iluminó las estancias del hogar de diferentes modos y maneras.
Y es que se trata de lámparas versátiles, disponibles en uno y mil colores, adaptables y muy manejables, una gran idea para tu rincón de lectura... ¿no crees?.
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