Decoración

Un pequeño apartamento en Moscú para las visitas

Con la premisa del mínimo gasto también se pueden conseguir maravillosos espacios, como demuestra este apartamento y el buen gusto de NT2architecture.

El buen gusto no es una cuestión de dinero. Y el dinero no hace el buen gusto. La demostración es en un continuo. Sólo hace falta imaginación, de genio y genialidad, o un poco de esa vis de estilo, de coordinación, de sentido del color y la luz, del orden y la funcionalidad, de saber combinar estilos. Y poco más. Lo demuestra esta casa en Moscú, pensada para alquilar, y los fundamentos del proyecto de decoración sobre los que ha trabajado el estudio NT2architecture.

La mínima inversión como premisa principal, no por falta de capacidad financiera si no como reto. ¿Cómo hacer una vivienda acogedora, elegante, atractiva, confortable con un presupuesto mínimo? Quizás buscando un aspecto más industrial sin buscar el nivelado ni el pulido perfecto. Las paredes, por ejemplo, se han pintado con una selección de colores neutros,  oscuros, sobrios y de algún modo cálidos, pero directamente sobre el paño sin nivelar, en contraste con los suelos claros. Y puestos, para qué hacer rozas si los cableados se dejan a la vista y forman parte per se de la decoración, perfectamente ordenados y alineados. El hormigón visto de los techos, muy del brutalismo, resulta acogedor y prescinde de falsos techos, yesos, escayolas... otro ahorro. Y lo suelos, de sencillas tablas de madera natural pintada o cálidos tabiques recubiertos con tablas oscuras.

De algún modo una vuelta a los orígenes, al modo en que se construían antiguamente las viviendas, con lo que se consigue no solo el objetivo de reducir la inversión al mínimo si no crear un espacio acogedor. La personalidad de este apartamento viene dada por su aire retro e industrial. Muebles pocos convencionales, industriales, que sustituyen los armarios por taquillas y estructuras metálicas de acero inoxidable al igual que los muebles de la cocina, que más que de vivienda son de bares o restaurantes. Todo con una mezcla de artículos vintage recopilados en mercados, mercadillos y subastas online, como la sillas del comedor o el fregadero de la cocina.

Como resultado un pequeño apartamento de 36,83 metros cuadrados con lo básico para una corta y deliciosa estancia en la que cada detalle se ha cuidado al mínimo. Un espacio inspiración en el que todo juega a construir una magnífica experiencia. Con poco, muy poco, y mucho ingenio y buen gusto.

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