Ahora que estamos en época de propósitos nuevos, aún con la lista de los antiguos sin resolver. Ahora que parece que todo lo que necesitamos es un cambio tan radical que lo que tuvimos pareciera que debe resignarse a ser olvido y no memoria. Ahora que queremos borrarnos lo que hemos sido para escribir un futuro que no esté basado en el presente… Ahora parece que la Tull Lamp de Tommaso Caldera tiene más sentido que nunca.
¿Te acuerdas de las lámparas de los talleres, esas que parecían como enjauladas? A mi me llamaban particularmente la atención los mecánicos que colgaban las suyas portátiles de caños y mangueras de los coches. Eran prácticas y duraderas y su estética respondía más a una cuestión funcional que a la conexión emocional con el objeto.
Sin embargo, esta Tull Lamp nació a partir del encargo de Incipit que desafió a Tommaso a repensar un objeto de uso industrial para ser usado en un contexto doméstico. O sea, lo existente llevarlo a un nuevo entorno y adaptarlo sin que pierda su esencia. Ahora que vamos de propósitos de cambios… esto parece hasta una provocación de un coaching personal.
Y así fue que Caldera se puso a trabajar adaptando la funcionalidad, las proporciones y los detalles estéticos para este nuevo diseño. Se quedó con ese elemento distintivo que era la jaula. Pero ahora, al cambiar de contexto la función protectora perdía sentido pero ganaba en identidad. Y las combinaciones de colores terminan de darle forma a su nueva personalidad.
Sigues viendo el alma de la misma lámpara que iluminaba los talleres, sólo que esta versión es mucho más estética, más emotiva, más decorativa, aunque cumple la misma función: iluminar.
¿Te ves capaz de seguir siendo el mismo adaptándote a lo que te espera este año que empieza o prefieres emprender la titánica tarea de cambiar tanto todo que dejes de ser tú antes de marzo?
La Tull Lamp viene en versión de techo y de mesa y puedes adquirirla en la web de Incipit.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9
-
10
-
11
-
12
-
13
-
14
-
15