No, los pulpos realmente no tiene ocho patas, tienen dos patas y seis tentáculos, que no son lo mismo ni sirven para lo mismo. Uno puede caminar con las manos, pero con las cosas de la evolución las manos ya no son para caminar. A lo sumo para colgarse de una rama. En todo caso, cuando uno dice octópodo se refiere a octo (ocho) y a podos (pies). O patas. Sea como sea, que me confunde, a este mortal se le antoja que no es lo mismo una pata que un tentáculo. En todo caso, el Octopod de MB&F (Maximilian Büsser) sí que tiene ocho patas, visiblemente, es un auténtico octópodo pero se ha inspirado en tres cosas y una de ellas es en los pulpos. Ocho patas y una gran cabeza.
Lo que si es absolutamente visible es que la fuente de inspiración para hacer este reloj de sobremesa, tan sensacional como genial, es el mar, aunque el resultado parezca sacado de una película de ciencia ficción. De hecho en la idea original de MB&F el mecanismo debería estar flotando, contra las leyes de la física, en medio de la burbuja. Y aunque te lo puede parece la verdad es que no es así. Cosas del ingenio y el efecto óptico. Y de una platina de cristal mineral transparente con tratamiento antireflejos en ambas caras sobre la que se monta el movimiento de este reloj de sobremesa.
Podríamos enumerar una larga lista de películas, series de televisión o dibujos animados, de ciencia ficción, que nos vienen a la mente viendo este Octopod, desde Futurama a Abbys, e innumerables ingenios mecánicos con patas al estilo que han formado parte de ellas. Abbys y el batiscafo con el que descubren las maravillas del fondo marino aún inexplorado (no haremos de expoiler aunque la hayamos visto todos, dos veces incluso), es la que nos cuenta MB&F es la segunda fuente de inspiración para el Octopod.
La tercera referencia son los cronómetros de marina y el sistema de suspensión Cardán, que si no lo sabes es ese sistema antiguo de poner la brújula en dos aros concéntricos con sus ejes en ángulo recto para que se mantenga horizontal en cualquier posición. Un sistema tan antiguo que hay referencias a él ya en el siglo III a.C y que se ha usado históricamente también en la relojería para la navegación. Por lo mismo.
Me centro. En la línea que ha seguido la joven relojera MB&F desde que Maximilan Büsser la fundara en 2005, la de sorprendernos a todos con ingenios mecánicos de todo tipo pero sobre todo relojeros, y de colaborar con creadores de todos los campos haciendo objetos radicales, el Octopod se suma a la colección que ya deseábamos, como el ZR012 con Urwerk, o el Nixie Machine que se expuso en la M.A.D Gallery o los Space Pirate, o el LM101 y… todos en realidad. En MB&F deben disfrutar lo más grande trabajando.
498 piezas son necesarias para montar cada uno de estos Octopod.
Para esta ocasión MB&F le ha pasado el testigo de desarrollar la idea a L’Epee 1839, la única empresa suiza especializada en relojes de sobremesa, porque varias razones y entre ellas que L’Epee 1839 cuenta con la experiencia de 175 años a sus espaldas, infinidad de premios y reconocimientos mundiales a su saber hacer, y muchas más patentes escapes especiales. Todo un referente en activo. De hecho L’Epee 1839 puso los relojes de pared del Concorde para los vuelos comerciales desde el primer despegue en 1976. Echamos de menos el Concorde, a pesar de todo. L’Epee 1839 se ha hecho cargo del desarrollo, de superar los retos que planteaba el concepto y de producirlo con todo mimo. Como resolver el ajuste dimensional del contrapeso del minutero que monta el órgano regulador o conseguir una platina de cristal casi casi invisible sobre la que montar el mecanismo y que resistiera la perforación con diamante para los orificios de anclaje.
Y tras muchas vueltas, el resultado es esta máquina, esta nueva Horological Machine, este animal del tiempo, genial y único, que da las horas y los minutos de un modo radicalmente diferente: el Octopod. Un objeto funcional y decorativo absolutamente sorprendente y para sorprender. Un reloj de sobremesa diferente, con movimiento de la manufactura de L’Epee 1839 de cuerda manual, con 8 días de reserva de marcha con un único barrilete, 159 componentes y 19 rubíes montados en 309 piezas más para crear brazos (cada brazo tiene 31 piezas), cuerpo y una esfera que se monta con dos semiesferas de policarbonato. En latón tratado con paladio, acero inoxidable y latón niquelado, y en PVD negro, azul y plateado, de cada uno de ellos sólo se producirán en la manufactura de L’Eppe para MB&F 50 unidades. 50 por cada color. 150 unidades en total. En edición limitada.
Te preguntarás si se mueven las patas de forma autónoma, como una escultura cinética. Nosotros nos preguntamos lo mismo cuando lo vimos por primera vez. Pues no, la verdad es que las patas se pueden regular en dos posiciones de bloque, extendidas o erguidas, de forma que puedes jugar a colocarlos en varias posiciones o a ponerlo trepando por las revistas que tienes sobre la mesa, pero nada más. Y nada menos, porque según lo pongas verás su mecanismo girar 360 grados en la esfera de un modo u otro. Aunque, como decía, no es tan grande como te puedes esperar, es hasta elegante en sus dimensiones. Erguido mide 28 cm de alto y largo. Y agazapado, con todas las ocho patas extendidas, 22 centímetros de alto y 45 de largo. Y cuando decimos largo nos referimos al diámetro del espacio que ocupan sus patas, pies, tentáculos o podos.
Nosotros aceptamos pulpo como animal de compañía y decoración y octópodo, si es de MB&F. Aunque su precio esté sobre los 32.000 euros.
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