Bebidas

El Orbe de los vinos de Jerez de Gonzalez Byass, de Inés Benavides

Inés Benavides diseña un orbe inspirado en la Real Bodega de la Concha, de Gonzalez Byass, que proyectara el mismísimo Eiffel.

Hay objetos que son únicos no sólo por su belleza o su funcionalidad -éste lo es por ambas cosas- sino que además lo son por su historia y su inspiración. El Orbe de los vinos de Jerez de González Byass rinde homenaje a la historia de una bodega centenaria y a unos caldos únicos en el mundo, los que protagonizan la que Antonio Flores, enólogo de la bodega andaluza y poeta del vino, llama Sherry Revolution.

Inés Benavides, ahora interiorista, antes y siempre diseñadora, es la responsable del diseño de este objeto redondo en todos los sentidos; y es que el círculo es protagonista indiscutible del orbe de los vinos de Jerez de González Byass: redondo como las barricas de roble americano en las que envejece el Jerez, redondo como el centro del tejado de la Real Bodega de la Concha, cuyo diseño se basa en unos bocetos de Gustav Eiffel y redondo también en su fondo porque también los materiales con los que se da forma al diseño de Inés Benavides tienen mucho que ver con González Byass: hierro y madera procedente de las duelas de las botas jerezanas -las barricas de roble americano- de González Byass donde envejecen estos vinos. Tampoco falta en el diseño el guiño ineludible a la clásica silueta del Tío Pepe.

Este magnífico objeto es además exclusivo, sólo se realiza bajo pedido y su eleboración es artesanal. ¿Qué mejor lugar que el orbe de los vinos de Jerez de González Byass para exponer las botellas de los vinos de la Sherry Revolution? En él se presentan y lucen orgullosos el Tío Pepe más joven y también las botellas de una, dos, tres y cuatro palmas porque, siendo como es un objeto exclusivo, no podrás negarle el más especial de los vinos de Jerez, ese cuatro palmas de 52 años del que sólo se comercializan 500 botellas en todo el mundo, media barrica.