Decoración

Naturaleza vintage

Artesanía, naturaleza, evocaciones clásicas y de allende nuestra cultura componen una colección muy propia de lo que todo hogar tiene de refugio.

Ocres, oros, anaranjados y tostados son los tonos que acompañan a la madera y el metal viejo en la nueva colección de Armani Casa, una paleta de color que, al tomar forma en líneas limpias ligeramente redondeadas, evoca la placidez del hogar, el calor del fuego y el aroma del café caliente.

Además de las tonalidades acogedoras, envolventes y vivas, de los juegos de brillo y media luz tan de los días breves del otoño y el inverno, no faltan los toques de sofisticación y estilo que sólo una firma como Armani sabe diseñar obviando todo artificio y dando luz sin piedad a la belleza; el tocador... ese mueble tantas veces olvidado más por la falta de espacio que por su poca o mucha utilidad, vuelve a los pies de la cama, a aquel rincón del vestidor o esta esquina junto a la ventana; vuelve con el espejo ovalado sobre él, para que mires y te cuides, te des luz, belleza y te pintes, para que te sientas una dama de las de antes sabiendo que frente a ese tocador y ese espejo, y bajo la piel que en el se refleja, late un corazón apasionado.

La colección de Armani es vintage por los muebles y elementos decorativos que recupera: el tocador, un biombo, un diván, pisapapeles, cajas... que se suman a los textiles y a los detalles para vestir la mesa, la casa y la vida llegado el otoño.

Pero la inspiración de la que emanan estas propuestas no reside sólo atrás en el tiempo sino también en otros lugares y otras culturas, en otras formas de mirar al mundo y a la vida: imposible no descubrir la influencia oriental en algunos print o en el biombo, también aztecas en alguna mesa y el naranja entero.

Los materiales por su parte son pura naturalidad, ecológicos y pensados para no agredir el medioambiente; maderas de árbol de banana, fresno japonés, roble o nogal, cáscaras de coco carbonizadas, ónix mexicano, metales, cuero y textiles de Rubelli y alfombras de Nepal.

Artesanía, naturaleza, evocaciones clásicas y de allende nuestra cultura componen una colección de una calidez y una luz impropias del invierno... y muy propias de lo que todo hogar tiene de refugio.