El reloj de arena es, probablemente, el más rudimentario de los sistemas para medir el tiempo y es también una metáfora casi perfecta de la vida urbana... ¿no sientes acaso como se te escapa el tiempo entre las manos igual que lo hace de la parte superior a la inferior del reloj? A Marc Newson, con su producción, seguro que también.
Claro que no debes dejarte llevar por la aparente simplicidad de este reloj de arena porque este diseño de Marc Newson -el que fuera diseñador de Apple- para Hodinkee es en realidad un mecanismo complejo que comienza con el vidrio soplado a mano en el que toma forma y continúa por el relleno, que no es arena.
El vidrio templado a mano resulta más resistente que el cristal, lo que lo hace muy interesante, pero a pesar de esta dureza adicional, podría rayarse con el transitar de la arena u otros materiales de una parte a otra del reloj cada 10 minutos -ese es el tiempo que tarda en vaciarse una esfera y llenarse la otra, 10 minutos-; para evitar cualquier riesgo, en lugar de rellenar este soberbio reloj con arena se hizo con nanoballs: 1.249.996 pequeñas esferas de inoxidable sólido con un recubrimiento de cobre fino y una capa anticorrosión; de este modo la superficie de vidrio de este reloj no se ralla jamás como tampoco se ve mermada en ningún caso la funcionalidad de este bello y decorativo accesorio porque la arena, al no ser tal, no se degrada ni es víctima de humedad alguna.
La belleza de este reloj, que es una edición limitada, nace de sus líneas y de su brillo, de lo metálico de su arena, del modo en el que rebotan las primeras nanoballs al cambiar de esfera y de ese matiz depurado y creativo que domina todas las creaciones de Marc Newson; se trata de un reloj que es a un tiempo y a la vez arte, diseño e ingeniería, una pieza excepcional en la que ver caer el tiempo una tarde cualquiera... Claro que el precio de este exclusivo objeto decorativo es de 12.000 dólares.
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