El Xai, la nueva pieza de la colección de muebles dalilianos de BD.
Decoración

Las obsesiones de Dalí transformadas en muebles

Urgar en el secreto de esta pieza de colección es como darle la satisfacción al genio surrealista.

Puedes ver una oveja que tiene un cajón para guardar cosas. Y de alguna manera es así. Las cosas apreciadas sin sus matices, son simples reflejos racionales de lo que queremos ver o negarnos a observar. Pero hay una retrogusto en la imagen que, sólo en entendidos, dispara esa curiosidad, esa inquietud que despierta un objeto como este. Y no es para menos, es el Xai, la última pieza para coleccionistas de línea de muebles dalinianos de BD.

El identikit del Xai (cordero en catalán), comienza con la fascinación de Salvador Dalí por la utilización de animales como símbolos, representados más literalmente o con las deformaciones propias del inconsciente. Como en la obra "Proyecto de interpretación para un establo-biblioteca", donde aparece este cordero.

La identidad se continúa construyendo a través de la obsesión por la fauna que lo hizo ser un habitual de la tienda del taxidermia Soler y Pujol, en Barcelona, y la Deyrolle de París. Su pasión por adueñarse de trofeos animales de forma exquisita era conocida por muchos. Y por supuesto, mostrada con su tan despampanante genialidad en sus obras.

Pero, el ingenio de Dalí no se limitaba a las pinturas. Durante varios años bocetó varias propuestas de muebles cargados, por supuesto, de iconografías, pero con valor funcional. La idea era poseerlos o usarlos a en algunos de sus proyectos audiovisuales.

Así que el rasgo que termina de formar el identikit es la amistad con Oscar Tusquets y cómo el arquitecto corporizó los bocetos o pinturas de mobiliarios, convirtiéndolos en piezas editadas por BD, como los conocidos labios de la Sala Mae West en el Teatro Museo de Figueras.

El Xai no sólo es un buen trabajo basado en una obra. Destacan también la ebanistería de la mesita, en el cajón y en los “zapatitos” de bronce. Es una pieza magnífica para quien la sepa apreciar y cuenta con la aprobación de la Fundación Gala-Salvador Dalí.

La colección consta de 20 piezas blancas y una negra, como guiño a la frase catalana “i un be negre amb potes roces”, que los creadores afirman que sería del agrado de Dalí.

El Xai daliliano es un cordero-mesa-cajón. Sí. Pero al urgar en el secreto de esta pieza, seguro que el genio surrealista sentiría la satisfacción de provocar la búsqueda de lo oculto en nuestra o propio ser, lo que tratamos de olvidar pero no nos atrevemos a dejar ir. Al fin y al cabo en varias de sus obras podemos ver su obsesión por inmiscuirse en estos cajones ocultos que tanto le llamaban la atención.

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