Suelen ser las últimas en llegar a cualquier sitio. Las últimas en acomodarse, porque primero tiene que ir todo lo demás para que ellas puedan ser comparsa discreta y silenciosa o protagonistas indiscutibles de ciertos lugares. Hay rincones que necesitan de lámparas, y lámparas en busca de recunchos para acomodarse y dotarlos de luz, de conversación, de personalidad y convertirlos en especiales.
Son capaces de realzar o arruinar un ambiente por si mismas, y pueden tenerte años incluso, a la caza y captura de la pieza perfecta, y es que es curioso, pero hasta hace poco, en las revistas de deco las obviaban, con lo que su búsqueda podía suponer más de un quebradero de cabeza como tuvieras demasiado claro lo que ibas buscando.
Si necesitas un Plan B, pásate por PortobelloStreet. Puede que sus más de 200 diseños no despejen tus dudas, pero saldrás convertido en un auténtico experto en lámparas: Veladores, lámparas de mesa, flexos, apliques… Piezas que emulando la tendencia de pasarela recurren al encaje y a la pasamanería, diseño industriales que recrean el dirty chic, lámparas de araña de corte clásico o con un aire multicolor, inspiración marinera…
Es evidente la importancia de la lámpara. Y es que habrá muchos momentos en los que estará sobre tu cabeza. Y sobre la mía.
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