Las casas son escaparates de lo que somos, de lo que nos gusta, incluso de cómo nos gusta. Y en esto de tener un lugar donde habitar, muchos disfrutan del cómo, del proceso de creación de esos nuevos espacios, de los kilómetros recorridos hasta encontrar aquella pieza, aquel mueble, o la mejor iluminación.
Hay elementos clave. No pueden faltar, por ejemplo, una mesa de comedor, ni un sofá. No cabe olvidarse de las sillas, o del aparador del salón. Pero luego hay otros componentes, que son los que marcan la diferencia, los que ponen el toque de personalidad, de color o dan gracia a un espacio.
Y de estos menesteres diferenciadores sabe mucho Sara Larsson. Ella, la fundadora y diseñadora detrás de la firma de mobiliario sueca A2, nos invita a probar su colección Cabinet de colores intensos, que aunque incluya al discreto blanco, se atreve con el rosa fucsia, el azul indigo, e incluso el amarillo canario.
Energía de color y formas geométricas, elaborada en Småland, al sur de Suecia, que no llega al metro veinte de altura, con un interior de dos niveles, y unas llamativas puertas con un patrón triangular, para estancias que se saben únicas.
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