Matilda, Elena, Carlota, Enriqueta, Sol, Martha, Filomena… todas ellas son especiales. Tienen una luz que las convierten en únicas, una personalidad irresistible y sienten cómodas en cualquier ambiente. Porque ellas son tan versátiles que encajan se encuentren donde se encuentren, no importa la fecha ni tampoco el momento, siempre son correctas y logran deslumbrar.
Cada lámpara de la marca Fiumine tiene una historia detrás, unos valores y unos gustos muy peculiares, como si se tratase de una mujer de carne y hueso. Todas ellas han sido realizadas a mano, con delicadeza y materiales antiguos que han sido recuperados, sobre todo, en el continente americano. Estos han sido tratados con mimo, con técnicas especiales para hacer salir a la luz aquello que una vez los convirtió en únicos.
Por eso resultan tan especiales, porque por mucho que se parezcan entre sí, son diferentes y exclusivas. Y, además, la calidez de la madera combinada con el minimalismo de su diseño y estructura, resulta irresistible. Fiumine quiere rescatar con cada pieza materiales que han sido olvidados y a los que ahora se les ofrece una nueva vida.
Irrepetibles, las lámparas Fiumine iluminan cualquier espacio y lo llenan de vida. Desde una mesilla de noche a un rincón de lectura en un salón, un despacho o incluso ese lugar de la cocina en donde se preparan recetas tan apetecibles. Todas las lámparas tienen un regulador de luz y se puede elegir el tipo de bombilla, el color del cable e incluso su largura.
En la página web de la marca se pueden realizar encargos personalizados o bien elegir alguna de las propuestas que ofrecen. Matilda es tímida, Elena mantiene la energía adolescente, Carlota acapara todas las miradas, Martha es camaleónica, Filomena derrocha empatía y Enriqueta mejora con los años como el buen vino. El diseño tiene nombre de mujer y va firmado por Fiumine.
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