Bajo la premisa de que la mejor protección es la que no es necesaria podemos plantearnos que una caja fuerte que no lo parece es más segura precisamente por eso, porque no lo parece, porque ni de lejos representa que contiene lo más valioso de tus pertenencias como lo hace una caja fuerte convencional.
Así es la Döttling Opus 1, una caja fuerte que no sólo trasciende a su función si no que enmascarándola se convierte en un mueble decorativo neoclásico tras el que no se adivina más tesoro que su propia belleza. El truco perfecto para hacerla desaparecer no se encuentra tras un muro de hormigón si no a plena vista, ocupando un lugar primordial en la decoración.
Con un fino acabado en negro de alta calidad similar al de un gran piano y detalles dorados, con un estilo claramente historicista, Döttling ha escondido deliveradamente en su exterior todos aquellos elementos que pudieran indicar de un modo u otro que se trata de una caja fuerte para relojes. Esactamente para 250 relojes perfectamente protegidos entre paneles de una fina madera de álamo y revestimientos de Alcántara a los que sólo se puede acceder con tu huella digital o con un código único y que activa todas las alarmas con un hiper sensible sistema integrado que detecta la más mínima vibración con micrófonos, como los que se utilizan para detectar los movimientos sísmicos.
Este ‘mueble’ de seguridad VdS class 4 que se cierra con 12 pernos dorados de un especial acero templado, esconde en su interior 40 watchwinders de precisión, 12 cajones y dos mesas extraibles para poder conservar, guardar, preservar y disfrutar de la mejor colección de relojes privada posible. Una joya en sí, un precioso y exclusivo mueble decorativo y una caja fuerte única que seguro tiene un precio también único.
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