Si un otoño sabe a primavera es, sin duda, el de Boomingville; la firma danesa mantiene su gusto por los tonos dulces y claros incluso cuando el tiempo llama a castaños y chocolates y acaba por presentar una colección cálida y muy apetecible para vestir el hogar en el próximo otoño y el invierno que le seguirá.
Nos gusta la paleta de color de los tejidos y la naturalidad de la madera, nos encanta la sencillez de sus líneas y la funcionalidad de sus mesas además del buen acomodo de sus sillas; Bloomingville mantiene en otoño el aire vintage que es ya santo y seña de la casa, una maison de hogar de más de 6000 metros cuadrados con 300 de showroom en la que se diseñan y da forma a la mayor parte de las piezas de la casa, sólo una pequeña parte son elegidas con sumo gusto y cuidado en Asia o África e incluidas en las colecciones de la firma danesa.
Betina Stampe es la mente creativa que está tras esta colección y tras Bloomingville al completo; lanzó su firma en el año 2000 con idea de convertirse en un pequeño importador de productos artesanales y europeos a los que sumaba algunas creaciones propias pero, su buen hacer y mejor soñar y diseñar, han acabado por lanzarla del todo al mundo de la creación y el diseño y hoy, la mayor parte de las piezas que se comercializan bajo el sello Bloomingville son representativas de la artesanía danesa, ideadas y creadas en Bloomingville.
El predominio del color blanco da un aire vintage a cualquier interiorismo, más si lo entremezclamos con tonos suaves y apastelados como un rosa o un verde aguamarina; el toque natural lo da la madera sin tallado ni barnizado aparente; las lámparas de pie o de mesa con igualmente muy redondas y aportan calidez y luz...
Nosotros nos quedamos con el sofá y su mesa auxiliar con lámpara de mesa a juego y sobre ella ¿cuáles son las piezas que amagan con robarte la intención y seducirte hasta sentirse tuyas?
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