Decoración

Baño, sueño

La experiencia del baño: una experiencia física, una experiencia estética.

Yo opto porque mi aseo sea también el placer diario que debe ser, sin excusas. Yo decido que el descanso de cada jornada comience sumergido en agua tibia y perfumada. Convierto mi baño en un templo y me entrego en él cada día al cuidado y al mimo que merezco. Y ese baño, que es el templo de mi descanso, debe ser espacio de belleza, de líneas delicadas y armoniosas, de confortables sensaciones.

En el centro del baño la bañera en que se diluyen las tensiones. Y la bañera también como un lugar de reposo. Y para esto, el confort de una hamaca, el volumen en que me extiendo con comodidad. Así la bañera Vessel, la edición limitada de Splinter Works, amplia, de 2,50 o 2,70 metros, suspendida, amarrada de ambos lados, como las hamacas en que las poblaciones del caribe descansaban desde siglos antes de que los comerciantes europeos extendieran su uso primero a los barcos y en ellos al resto del mundo, como las hamacas en que se inspira su diseño y la textura exterior de la Vessel. Y la fibra de carbón en que se produce, flexible para conseguir esas formas depuradas, ligera y resistente para soportar suspensión y peso. Y el interior de foam para mantener más tiempo la temperatura del agua para disfrutar sin prisa de este momento excepcional de cada día en que vuelve la paz al cuerpo y la paz a la mente. Y el diseño de la grifería, un elemento externo que se aleja de incomodarme como suelen, incluso el momento del desagüe, como una pequeña fuente de agua cuyo murmullo se hace música mientras se abraza uno al albornoz, hidrata su cuerpo y se perfuma. Y el sueño encontrado.

La experiencia del baño como una experiencia física, como una experiencia estética.

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