Arquitectura

Un hueco libre en Oriole Way, el nuevo Olimpo billonario

Hollywood Hills se ha convertido en el retiro preferido de los empresarios que necesitan una mansión en Los Ángeles.

Hollywood Hills es el nuevo paraíso de los millonarios que han decidido asentarse en Los Ángeles. Está cerca de Beverly Hills, pero lo suficientemente alejado como para no sentirse dentro del famoso barrio del lujo. Además, al encontrarse sobre algunas de las colinas que rodean la ciudad californiana, es difícil no presumir de vistas sobre la urbe y el mar.

Quienes más lo hacen son los vecinos de Oriole Way, una calle en la que se suceden las mansiones de billonarios como Dr. Dre y que se ha convertido en el nuevo reducto de los empresarios más poderosos, ávidos de tranquilidad, intimidad y, sobre todo, de demostrar un estatus muy por encima de la media. Ser uno de ellos es más fácil si, por ejemplo, nos compramos una mansión que acaba de ponerse a la venta y que para muchos puede presumir de tener las mejores vistas de la calle, en lo que los locales llaman 'bird streets' por ver 'a vista de pájaro' la ya deseable Sunset Strip.

Se trata del número 9133 y es toda una oda al interiorismo y al diseño contemporáneo. Ya la arquitectura del propio inmueble nos hace entender que no estamos ante una casa normal. Su propietario se alió, sin escatimar en gastos, con las principales firmas de diseño industrial, de ahí que se puede encontrar mobiliario de Acerbis, Arco, Classicon, Glas Italia, Matteo Grassi y Walter Knoll; iluminación personalizada por Foscarni; armarios de Molteni; muebles al aire libre de Paola Lenti, Kettal y Roda; cocina y despensa de DADA...

Y no solo se trata de los muebles, sino también del arte puro y duro que se encuentra en sus paredes o decorando las repisas. La Galería Michael Kohn de California se encargó de incluir a artistas notables y emergentes, creando un efecto ecléctico y, al mismo tiempo, hogareño. De hecho, se trata de una casa para vivir, de ahí los diferentes patios, el spa privado, la piscina con diseño infinito, la cocina completa al aire libre para hacer barbacoas, los cuatro dormitorios con vistas al atardecer...

¿Es necesario añadir que tiene su propia bodega, un gimnasio, un garaje para ocho vehículos, una cochera adyacente para otros dos y una sala de proyecciones? No, ¿verdad?