Volvemos a casa tras las vacaciones y no somos pocos los que al hacerlo dejamos el mar atrás, algo que nunca es motivo de fiesta ni alegría; tampoco los que se quedan siempre junto al mar lo hacen con gran jolgorio porque el invierno, al fin y al cabo, llega a casi todas partes y en esa época el mar, aunque no pierde un ápice de su magnificencia, se convierte en un amigo más frío, más incómodo, uno para ver de lejos y, a lo sumo, para navegarlo si la marejada y el frío no lo impiden, algo que suelen hacer con cierta asiduidad en invierno. Por eso, quienes queremos vivir junto al mar, necesitamos antes buscar un lugar del mundo de veranos eternos (o casi) para buscar después una casa a la medida de nuestro gusto. Nosotros la hemos encontrado ya, es Tiburon Bay View en California.
La Península de Tiburón está en la bahía de San Francisco y la ubicación de esta mansión es la ideal en esta lengua de tierra porque permite a sus dueños e invitados disfrutar de magníficas vistas de la bahía y, además, por su orientación, mantiene un alto nivel de privacidad respecto a las casas vecinas; piedra caliza, madera de cedro rojo, zinc y hormigón son los elementos naturales utilizados en la construcción de esta casa y los que hacen que se vea perfectamente integrada en su entorno, no como una nota discordante en él; la sutileza con la que se comunican las zonas interiores con las exteriores y una arquitectura propia de la vanguardia creativa son otros elementos que sorprenden y enamoran de esta magnífica mansión.
Claro que lo que más nos atrae, siendo todo lo anterior bello e importante, es la piscina infinita para las tardes de verano y la chimenea en el salón para las de invierno, los ventanales de suelo a techo para el otoño y la primavera y la cocina gourmet (junto al vestidor del tamaño de una habitación...) para todos los días. ¿Quién no querría vivir en una casa como Tiburon Bay View?.
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