Curioso invento el gampling, ese forma de acampada con glamour, opuestos o no. Como los emires, como los grandes reyes viajeros, como los mismos romanos en su conquista del mundo conocido. Que no es lo mismo una tienda de campaña con un camastro que una tienda fue luxury. En todo caso, curioso invento el glamping o glamorous camping, que puede sonar a contrasentido pero no. El caso, que hay cabañas que se incorporan al término, como esta JR's Hut, que son para quedarse. Quedarse a vivir.
Y no es que el término sea nuevo, no, como no lo es su modo, la costumbre de estar a cuerpo de rey en una tienda de campaña, una jaima... de hecho el término ya lo usaba el mismísimo Livingston, supongo, a finales no del siglo pasado si no del anterior. Aunque evoluciona. Y en esa evolución encontramos gampligs por todo el mundo en los que la "acampada" deja de serlo con pequeñas cabañas de madera. Quizás aquí lo de "acampar" lo marca la aparente temporalidad de la construcción, pero uno diría que la JR's Hut no es temporal, no lo parece y en realidad, pues no, no lo es. La experiencia, similar, la de estar unos días, de paso, en un paraje natural.
En Nueva Gales del Sur, a medio camino entre entre Melbourne y Sidney, a las afueras de un pueblecito llamado Gundagai y en medio de un paraje de campos y cultivos de una belleza de esas que te llena de sosiego, está Kimo State, una propiedad pensada para celebrar bodas y todo tipo de festejos, entendemos, con cabañas de un corte clásico y un encanto rural de colonia británica. David y Emilia Ferguson, la segunda generación de propietarios, junto con los arquitectos Anthony Hunt y Luke Stanley han buscado otra forma diferente de rentabilizar el lugar, el paisaje, ofreciendo un alojamiento singular y diferente. JR's Hut es el resultado. Pequeño y muy grande.
Una cabaña de madera, chapa y un ingenio sencillo que permite disfrutar del entorno de un modo distinto. Una solución de construcción ingeniosa que recurre a lo conocido, el formato A de tienda de campaña se convierte en el mejor modo de mantener sobre una colina la construcción, anclada al suelo, y una estupenda distribución de los mínimos espacios para una vida confortable pero con vistas. Marcos naturales.
El que escribe no necesitaría mucho más para vivir, la luz, la profundidad de campo, ese mismo campo o uno en Cádiz, un aseo, una cocinilla, una cama cómoda y amplia, un sillón, un espacio de trabajo y el mundo entero a tu alrededor para verlo desde cualquier rincón de la casa, sentado en la butaca o tirado a cuerpo de marajá en la cama. Aunque no tiene wifi y eso es un problema. O no, o es la solución. Uno nunca sabe. Y si lo llamamos glamping o cabañing tampoco cambia mucho.
La cabaña, el Kim Hut de JR o JR's Hut es ecológica y sostenible, no contaminante y casi autosuficiente energéticamente, y como sabréis sólo esto ya nos tiene ganados. Pero todo el proyecto tiene una cosa práctica que nos permite soñar con hacerla nuestra, que está pensada para que toda la cabaña pueda ser construida con materiales del lugar y montada por tan solo dos personas, osea que entre tú y un amigo, o tu hermano, compráis los materiales, las vigas de madera, los anclajes, la chapa para el techo, las cosas del saneamiento, todo muy de que lo tengan en Leroy Merlin, y en un plis plas tienes una cabaña como esta para hacerte tu propio glamping. Pero un glamping para quedarse. Vaya.
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