Esta casa en Parada (House in Parada), Portugal, nos demuestra cuánta verdad hay en aquello de 'menos es más'; se trata de una vivienda de hormigón piedra gris por fuera y madera por dentro, de líneas depuradas y diseño funcional y sencillo, con grandes ventanales que atraen la luz y regalan vistas y una piscina en la que pasar las cálidas tardes de verano.
La casa, de dos plantas, está perfectamente integrada en el entorno, discreta a la par que elegante se alza lo justo (parte de ella ha sido excavada en la ladera) y, una vez te adentras en ella, descubres lo que decíamos desde el principio, lo más sencillo es siempre un lujo: la sencillez de las líneas rectas y de la madera de alta calidad, de las librerías repletas de libros buenos o de las cocinas con vistas y volvemos a la piscina, de día o de noche, para bañarnos o para dejarnos acariciar por la humedad que desprende en las noches portuguesas disfrutando de largas veladas en nuestro patio-terraza (que para eso está perfectamente amueblado con cómodos sofás de exterior).
Además, y como detalle extra al lujo que supone esta vivienda se mire por donde se mire, a ese patio-terraza junto a la piscina se accede a través de unas ventanas corredera que se abren y hacen que el gran salón de la casa pase a ser parte del exterior... y a la inversa.
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