Arquitectura

El Pompidou rinde homenaje a Le Corbusier

El Centro Pompidou de París celebra la memoria de la inmensa obra del artista y arquitecto Charles-Edouard Jeanneret, "Le Corbusier".

Pintor, escultor, arquitecto y urbanista. Visionario y polémico. Charles-Édouard Jeanneret, Le Corbusier, ha sido calificado como el primer arquitecto global de la historia. Coincidiendo con el 50 aniversario de su muerte, el Centro Pompidou de París presenta Le Corbusier. Mesures de l’homme. Una retrospectiva inédita que, con más de trescientas obras, invita a reflexionar sobre la sobriedad estética del maestro de la nueva arquitectura del s. XX a través de la noción de la proporción humana.

Planos, bocetos y maquetas arquitectónicas; óleos, dibujos y esculturas, además de fragmentos de ensayos, poemas, fotografías y correspondencia personal se reúnen en esta exposición clave para demostrar que fue la figura del hombre el elemento determinante tanto en la concepción del espacio como en las dimensiones de la arquitectura de Le Corbusier.

Por ello —aunque la muestra se organiza de manera cronológica en función de sus diferentes etapas artísticas y conceptuales— es la sala dedicada al célebre Modulor el epicentro de la misma, así como el punto de partida para repasar las fuentes del diseño del cuerpo en Le Corbusier. Y es que Modulor (figura humana de 183 cm, creada por Le Corbusier en 1943 en base al sistema de proporciones áureas como clave de la armonía global) ha mostrado ser el ideal imprescindible para establecer esa relación perfecta entre las proporciones de los edificios y las del hombre que persiguió el artista durante toda su carrera, imponiendo en todos sus edificios y casas la famosa “célula habitacional” a escala del cuerpo.

Siguiendo el orden de esta travesía conceptual por la obra de Le Corbusier, la exposición comienza con el viaje de Le Corbusier por oriente; una etapa en la que ya define su personal concepto de “ritmo” y “euritmia” y que marcará toda su teoría constructiva posterior. La fundación de la revista L’Esprit nouveau y su adhesión al movimiento” purista” suponen otro hito en la carrera de arquitecto suizo y el inicio de un periodo en que va concretando la instauración de un espacio cognitivo definido a su vez por el espacio pictórico, el espacio «habitable», la armonía de las composiciones arquitectónicas y la comprensión del ámbito urbano.

Finalmente, tras el repaso a su concepto de escala, de armonía y el uso sistemático de Modulor en las creaciones de la época, la exposición termina con el que fue el proyecto más personal y emblemático del pensamiento de Le Corbusier: Le Cabanon. Una “célula habitacional” diminuta, concebida y construida para su propio disfrute sobre las rocas de Roquebrune-Cap-Martin, que Le Corbusier establece —la gran paradoja de un artista caracterizado por la desmesura— como el espacio mínimo de vida, expresando así su voluntad de vivir en un entorno minimalista, basado en la simple fisiología del cuerpo. Le Corbusier vivirá allí casi desnudo, y allí cerca desaparecerá en 1965 durante uno de sus baños diarios en el Mediterráneo.