Hace unos meses que nos dejó David Bowie, uno de los artistas más icónicos que jamás haya tenido el Reino Unido, innovador y transgresor. Su legado musical y cinematográfico, entre otras artes, siempre permanecerá entre nosotros, pero también su nada ordinario estilo de vida. Eso sí, hay que encontrarlo en un rincón del no menos exótico archipiélago de San Vicente y Grandinas.
Allí, en pleno Caribe, en la isla de Mustique, se encuentra una villa muy especial: la que comprara en los años 80 David Bowie, que encargó su creación a los arquitectos Arne Hasslqvist y Robert Litwiller. A ellos les pidió plasmar su cosmovisión a través de lo tropical y lo diferente. ¡Y vaya si lo consiguieron!
Lo mejor es que la villa está ahora disponible para que los fans de Bowie tengan la posibilidad de pasar allí unas vacaciones. A partir de 40.000 dólares semanales, el hogar decorado en un estilo ecléctico, de influencias pop y arte balinés, puede ser nuestro retiro temporal. "Amo un buen cliché, y esta casa es para mí el más delicioso cliché", dijo el británico sobre el inmueble en 1992 a la revista AD.
Claro que luego la vendió al poeta Felix Dennis en 1994... Él la bautizó coom Mandalay pero respetó su distribución de cinco dormitorios en la casa principal y una segunda casa más privada con capacidad para otras cuatro personas. En todos los salones hay terrazas con vistas al mar, y no falta piscina de arquitectura infinita, jardines, comedores, un gimnasio y una sala de juegos.
Los dueños actuales presumen de vecinos, pues allí tienen casa Tommy Hilfiger, Mick Jagger o Bryan Adams, entre otros. Sin duda, un rincón muy particular (alquilable hasta el 30 de abril a través de Mustique Company).
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