Con 543 km² de superficie, Phuket es la mayor isla de Tailandia. Todo un récord si tenemos en cuenta que toda la costa occidental del país asiático está cuajada de pequeños islotes y archipiélagos. En este caso, se trata de uno de los destinos más paradisíacos del planeta, un vergel de selva y lujo en el que no faltan ni los paisajes de ensueño, ni los grandes hoteles, ni las playas en las que perderse.
En pleno mar de Andamán, sus montañas destacan por su frondosa vegetación, así como por sus escarpados precipios. Navegar en canoa por la bahía de Phang Nga, sorteando las que se encuentran en pleno mar, de dura piedra caliza, es una experiencia única. Y si uno prefiere tumbarse o, simplemente, darse un baño, lo mejor es ir conociendo una playa diferente cada día: hoy Nai Yang, mañana Mai Khao, pasado Nai Harn... sin olvidarse de la playa de la Libertad, al sur de Patong, sólo accesible por barco.
Para la puesta de sol, aunque prácticamente cualquier lugar orientado al oeste es increíble, no hay nada como acercarse al extremo sur de la isla, al cabo de Promthep. Y una vez la noche sea una realidad, lo mejor es acercarse a la playa de Patong, donde un buen cóctel será el pistoletazo de salida para una noche de música y baile.
Más información: Phuket Tourist Association
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