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Pazo de Señorans. Amor de albariño

En esta bodega ubicada en la localidad pontevedresa de Meis nace uno de los mejores vinos blancos de España.

Meis, Pontevedra, Galicia. Una casa solariega rodeada de viñedos. Una familia y una vocación, la de llevar la uva albariño a su máxima expresión y sacar todo el potencial que lleva dentro.

Marisol Bueno y Javier Mareque comenzaron a elaborar vino para su propio consumo hasta que en 1989 decidieron lanzarse a su comercialización. De aquellas primeras 7.000 botellas a las 325.000 que producen a día de hoy han pasado muchas cosas, entre ellas, la entrada de sus cuatro hijos al proyecto. Un proyecto que se mueve entre parras y unas 12 hectáreas de viñedo, en tierras bajas que no superar los 300 metros de altitud y próximas al mar. Estas condiciones son las responsables de las características que finalmente llegan al vino, de sus cualidades personales y su diferenciación.

Todo el viñedo está dedicado a la uva autóctona albariño, una variedad de pequeño tamaño, con la piel gruesa, mucha pepita y pulpa jugosa, que crece en racimos pequeños de un color que va del verde al amarillo. Y así son, 100% albariño, los dos vinos y los dos aguardientes que se producen el Pazo de Señorans. Un aguardiente de hierbas, un aguardiente de orujo –elaborados en alambiques de forma tradicional a fuego directo- un vino blanco joven, Pazo de Señorans, y Pazo de Señorans Selección de Añada. Sin duda, la joya de esta bodega de Rías Baixas.

Este vino es uno de los mejores blancos de España. Y lo es porque solo se elabora de forma limitada y solo de cosechas excelentes. Y lo es porque tiene una crianza sobre lías de más de 30 meses en tanques de acero, algo que intensifica su riqueza aromática, y posteriormente una crianza en botella de al menos un año. Es un vino de gran volumen y cuerpo, de color amarillo pajizo, vivo y brillante. Intenso, rico en matices y con profundidad aromática. Su potencia le permite aguantar varios años en botella con sus cualidades intactas. Armoniza muy bien con moluscos crudos y a la plancha, con arroces y quesos suaves. Y la temperatura ideal para tomarlo es de 10-12 grados.

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