"Quien está cansado de Londres está, señor, cansado de la vida, pues allí se encuentra todo lo que la vida puede ofrecer“. Ya lo dijo el Dr. Johnson allá por el siglo XVIII. Y tenía razón. Porque si existe una ciudad divertida, camaleónica, desordenada, cosmopolita e inagotable, esa es Londres.
Si ya conoces Londres, si has recorrido la City, los puentes, la Torre, la Abadía y el Parlamento; si te has detenido a fotografiar el Big Ben y te has subido al Golden Eye, ya va siendo de dejar atrás ese rosario de actividades y lugares manidos y empezar a descubrir ese “otro Londres” mucho más extravagante, estético, moderno, rebelde y multirracial. Porque, como todas las grandes urbes, la capital británica solo revela sus secretos a aquellos que se atreven a salir de los caminos marcados.
Con el arte ocurre lo mismo. Los grandes museos londinenses — British Museum, la Naional Gallery o el Victoria and Albert— no necesitan presentación y aunque algunas de las galerías y espacios artísticos que os proponemos tampoco requieren grandes explicaciones —Londres siempre ha sido una poderosa referencia cultural—, todos ellos albergan exposiciones que por su originalidad, su valor artístico, creativo o histórico, se convierten en los imperdibles del otoño británico menos convencional.
Esto y el arte de la calle que invade los distritos del East End —Hoxton, Shoeditch, Brick Lane—, el niño malcriado del Londres más cool cuyos grafitis y esculturas urbanas son, más que una apología de la transgresión un espectáculo fascinante y no es nada difícil toparte con el mismísimo Bansky (aunque cada vez pinta menos los muros londinenses), Cranio, Miss Van, Roa o la misteriosa Bambi, célebre por inmortalizar, entre otros, a la Reina Isabel II. Un festín.
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