Las vacaciones de verano son el momento que esperábamos para dejar las ocupaciones a un lado y reunirnos con la familia en una casa rural con encanto. Nos gustan las que tienen habitaciones amplias, salones y comedores acogedores, actividades para niños, zonas verdes…, pero sobre todo una gran piscina para divertirnos grandes y pequeños y refrescarnos ante las altas temperaturas estivales.
En Rusticae es posible pasar unos días en una casa rural sólo para nosotros y con una piscina de ensueño. ¿Queréis conocer algunas? Nos vamos a Lleida, Girona, Cantabria y Ávila para descubrir casas Rusticae de alquiler completo con piscina para aprovechar al máximo las vacaciones en familia.
En la comarca del Solsonés de Lleida, concretamente en el municipio de Lladurs, nos espera Casa Cirera d’Avall, una preciosa masía tradicional para pasar unos días entre naturaliza y con mucha tranquilidad. Encontramos la piscina en uno de los jardines, protegida por una valla para dar mayor seguridad a las parejas con niños. Cuenta con una lámina de agua desbordante, iluminación subacuática y espacio para mayores y pequeños. La zona destinada a los niños tiene una profundidad de 50 cm, y la de los adultos de 1 a 1,5 m. También hay que destacar que el sistema de tratamiento del agua es por electrólisis salina, mucho más higiénico y saludable que otros métodos tradicionales. Después del chapuzón, podemos descansar en las tumbonas o disfrutar de la área chill out al lado de la piscina. Un plan estupendo que podemos hacer en Casa Cirera d’Avall es disfrutar de un desayuno junto a la piscina.
Seguimos en Lleida, pero ahora nos vamos al municipio de Pinell del Solsonès. Aquí descubrimos otra casa rural Rusticae: Masia L’Avellana, con capacidad para 14 personas. En el exterior de esta acogedora finca, rodeada de prados y bosques de encinas y pinos, la piscina es la protagonista, que combina muy bien con la piedra del porche y de la fachada. Las escaleras de azulejos permiten un acceso más cómodo a la piscina, y disfrutar de un refrescante baño con la familia en tierras catalanas.
En Girona, a pocos minutos del pueblo de Cistella, podemos hacer turismo rural en familia en uno de los apartamentos o en toda la casa de Can Clotas. En medio de la gran biodiversidad del Alt Empordà, la monumental piscina de esta casa rural Rusticae es uno de sus tesoros. Sus grandes dimensiones permiten el baño a un gran número de personas a la vez, y cuenta con una parte para los más pequeños, donde poder refrescarse y jugar con total seguridad. Estando dentro del agua, la vista se pierde en las más de 60 hectáreas de cultivos y bosques, que se prolongan por los montes del Empordà, donde abundan los olivos, los robles y las encinas, aunque muy cerca tenemos también las playas y pueblos de la Costa Brava.
Nos trasladamos a Cantabria. En el Valle de Ruesga se erige con gran elegancia el Hotel Palacio Torre de Ruesga, un palacio del siglo XVII diseñado por el arquitecto Diego Sisniega. En el jardín, bordeado por el río Asón y rodeado de frondosos bosques de castaños, nogales y chopos, nos saluda una esbelta piscina, que será nuestro mejor aliado en los días más calurosos del verano. ¿Nos damos un chapuzón?
La última parada de nuestra ruta es la casa rural El Tejarejo, situada en la localidad de La Iglesuela, en Ávila, a poco más de una hora de Madrid. Se trata de una finca de seis hectáreas en pleno vale del Tiétar, al pie de Sierra de Gredos. Para llegar a la piscina, damos un delicioso paseo entre pinos, alcornoques y encinas. La tranquilidad impera en todos sus espacios. Nos espera una piscina grande con escaleras de azulejos con forma curva que nos empuja a zambullirnos en sus aguas transparentes. Cuando nos cansemos de nadar, podemos relajarnos en una de las tumbonas al sol, o a la sombra del toldo o de las sombrillas.
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