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Y al frente... la Ópera de Sidney

Solo el Park Hyatt puede brindar a sus huéspedes la experiencia de despertar frente al edificio más emblemático de Australia.

Si hay un edificio emblemático en Australia, y reconocido más allá de las fronteras del país, ese es la Ópera de Sidney. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 2007, es obra del arquitecto danés Jørn Utzon, que diseñó un complejo con forma de conchas superpuestas para cuya inauguración en 1973 estuvo presente la mismísima reina Isabel II.

Situada en pleno puerto de la ciudad, la Ópera da la bienvenida a quienes llegan a Sidney en alguno de los muchos cruceros que recorren la costa oriental australiana. Pero no es éste el único edificio que lo hace. Justo enfrente del palacio de la música se encuentra uno de los hoteles más lujosos del país: el Park Hyatt Sydney, que ocupa la orilla opuesta.

No se trata de un gran rascacielos, como cabría imaginar en una capital tan extensa y poblada, sino más bien de un hotel típico de costa, con pocas plantas y que hace de su integración en el puerto su mayor baza. Aún así, cuenta con 155 habitaciones y 11 suites que nos permiten olvidarnos perfectamente de si el establecimiento cuenta con más o menos altura.

Las habitaciones, decoradas con un estilo moderno muy funcional, en tonos suaves que mezclan el beis con el blanco crema o el marrón chocolate, dan todas a la bahía, de modo que no hay huésped que no se levante con la Ópera al frente. Además, su tejado es una confortable terraza donde, además de un buen número de tumbonas, se ha construido una atrayente piscina en la que es imposible no querer darse un buen chapuzón.

No es el único rincón en el que dominan las vistas. En su restaurante The Dining Room (el segundo restaurante sigue el juego de palabras inglesas y se llama The Living Room), es posible disfrutar de la mejor cocina australiana de temporada. Es perfecto incluso para cenas privadas, ya que hay dos reservados junto a grandes ventanales. El chef Franck Detrait se encarga de que cada plato, además, tenga un punto francés.

Una noche en este cinco estrellas no está al alcance de todos los bolsillos. A partir de 525 € es posible disfrutar de las vistas más impresionantes de la ciudad.

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