La Costa del Sol no es por casualidad el destino predilecto de grandes fortunas de todo el mundo para pasar allí vacaciones y largas temporadas. Cuenta con playas perfectas, la mejor oferta de golf y una industria turística digna de las cinco estrellas que se ven por doquier. Pero siempre se puede rizar el rizo, y eso es lo que ha hecho el Marbella Club Hotel. Este resort de golf con spa acaba de abrir las puertas de la Villa del Mar, mucho más que una suite, mucho más que un bungalow. Definitivamente, el refugio de los dioses.
Con una extensión de 5.000 metros cuadrados, se ha decorado pensando en el máximo confort, con la majestuosidad de la arquitectura magrebí intercalada con detalles típicos andaluces. Está junto al mar, de ahí que esté asegurado el arrullo de las olas si nos queremos echar una buena siesta. Además, las buganvillas impregnan todo el recinto con su aroma, fragancia que le acompañara hasta su partida (si es que alguien tiene ganas de irse, claro).
Allí gozaremos de un servicio de mayordomo las 24 horas; y cuenta con sus propio personal de comedor, además de un terapeuta y un entrenador personal a disposición del huésped. Por supuesto, también el spa es privado y la cocina y bar de la villa está siempre magníficamente surtidos. Cenar allí los platos que prepare un chef privado al momento será el mejor modo de acabar el día... siempre y cuando no queramos un masaje o un poco de champán, con caviar, fresas con chocolate o pequeños dulces. El huésped elige su hedonismo culinario.
Con capacidad para albergas hasta a 250 invitados, si queremos la villa para un evento, esta antigua hacienda aristocrática es el lugar más privilegiado de la costa andaluza. Y no es exageración.
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