No nos extrañaría encontrarnos un concepto de diseño como el del hotel The Waterhouse At South Bund en el Meatpack de Nueva York o en el SoHo londinense. La arquitectura contemporánea nos tiene acostumbrados a instalaciones y rehabilitaciones que se salen de la norma, pero no que éstas tengan lugar en China, en este caso en las calles del centro de Shanghai.
Así, el trabajo del estudio de arquitectura Neri & Hu tiene más valor si cabe, y es que pocos pensarían que este antiguo edificio de la Ciudad Vieja (Shiliupu), abandonado en los años 30, pueda albergar en su interior uno de los hoteles más vanguardistas de China. Con 19 habitaciones, no faltan en ellas ni los gadgets necesarios para oír el iPod ni un control domótico de cada función (desde 165 €/noche).
Funcional y minimalista, cada mueble, cada sofá, cada plato ha sido escogido para que esté en consonancia con una decoración internacional, sin reminiscencias de Oriente. Y para ello juegan con los espacios vacíos, con el cemento a la vista y la cultura de loft. Destaca un espacio multifuncional dentro del inmueble, de 743 metros cuadrados, que puede acoger todo tipo de eventos, lo que permite trabajar en lo privado y lo público, a la vez que transformar las habitaciones en pequeños salones hogareños o una oficina de trabajo.
Piezas de diseño comparten espacio con objetos que parecen sacados del anticuario o del vertedero. Un mix de estilos y épocas que nunca nadie imaginó a la orilla del río Huangpu.
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