Cuando nos hablan de la región del Tíbet, la mente se nos va automáticamente a las túnicas azafrán de los monjes, a las altas montañas del Himalaya o incluso a la imagen de un Brad Pitt barbudo que en 1997 protagonizó las aventuras del austriaco Heinrich Harrer en Lhasa.
Es precisamente en la capital del país donde se encuentra un cinco estrellas que llama la atención por lo atípico de su localización. ¿Quién podía imaginar que allí se encontrara un hotelazo, firmado nada más y nada menos que por el arquitecto Jean-Michel Gathy? Pero así es. Perteneciente a la cadena St. Regis, se trata de un resort que ha sabido respetar la esencia tibetana en sus instalaciones y en la decoración, aunque sin perder el enfoque moderno y contemporáneo que asegura el confort y la comodidad (a partir de 370 €/noche).
Con tres restaurantes y una amplia cava de vinos que se pueden degustar incluso en una enoteca, el hotel llama la atención por su culto al agua. Cuenta con un spa, el Iridium, con tratamientos curativos tibetanos, pero lo que no hay huésped que no recuerde es la piscina Golden Energy, cuyas aguas se han teñido de color dorado y cuyas aguas se encuentran constantes a 30 ºC. Los huéspedes pueden disfrutar allí de un revitalizante masaje de pies y de un refrigerio pensado para tomarlo junto a la piscina en cómodos asientos. La vista al lago del hotel y al palacio Himalaya se suma al escenario.
Su servicio de mayordomo o la escuela de cocina son sólo algunos de los extras. Aquí seguro que pasaríamos siete años, o más, dejándonos mimar. ¡Hedonismo al poder!
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