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Un Resort de espíritu colonial al sur de Vietnam

Phu Qouc es una isla paradisíaca que acoge un resort único, a pie de playa y paraíso de amantes del buceo.

Phu Quoc es una de las islas más fascinantes de Vietnam, además de la de más extensión del país, con 528 kilómetros cuadrados. Situada en el extremo sur, es un puerto estratégico de navegantes entre el norte de Asia e Indochina, así como el hogar de familias de pescadores y pequeños granjeros, los mismos que siempre acogen con una sonrisa a los turistas que allí llegan buscando la belleza del Trópico.

Allí se encuentra un resort de lujo de estilo francés: La Veranda Resort, perteneciente al grupo de hoteles Memorable de Accor. Se levanta en medio de amplios jardines tropicales y al pie de la típica playa paradisíaca, es decir, con arena fina y muy blanca, palmeras que salpican todo, como si estuvieran puestas allí por un decorador para que las fotos salgan perfectas y, cómo no, unas aguas tranquilas de un impactante azul turquesa.

Compuesto por 70 habitaciones (desde 95 €/noche), todas con una terraza abalconada privada, su decoración mezcla el estilo colonial francés con la funcionalidad de los últimos avances. Así, camas de gran tamaño protegidas por románticos doseles presiden dormitorios en los que no faltan butacones, mesas auxiliares y muebles de ruda madera, con amplios techos y un claro minimalismo.

Phu Quoc es una isla protegida, de ahí que sea un destino famoso por sus inmersiones. Los amantes del buceo que se hospeden en La Veranda tienen el mar a un paso y cada día se organizan excursiones a los lugares donde mejor se puede apreciar la diversidad de la fauna y flora marinas autóctonas. Además, excursiones por los bosques tropicales de la isla y todo tipo de deportes.

Si el tiempo lo permite, cada sábado se engalana la playa para celebrar allí una barbacoa nocturna. El resto del tiempo, los amantes de lo gourmet pueden ir al The Pepper Tree, un restaurante en el que se cena mirando el atardecer. Un marco incomparable en el que los chef tratan de innovar mezclando recetas del Sudeste Asiático con gastronomía europea.

El estilo francés colonial permite un viaje en el tiempo, lleno de lujo y glamour. Y siempre en un destino alejado de la masificación turística. Sentirse un afortunado es sencillo en este rincón del planeta.

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