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Un refugio en los Alpes Franceses con circuito termal

Nada como escaparse a Les Fermes de Marie, en Megève, un refugio de montaña en plenos Alpes Franceses con uno de los spas más codiciados.

A la hora de pensar en una escapada a la nieve, es imposible no pensar en lo que sería una situación del todo idílica: una cabaña aislada, perdida en medio de la montaña, pero en un claro lo suficientemente amplio como para poder extasiarse con los paisajes, montañas de picos altísimos que se elevan a apenas unos kilómetros, extensiones enormes de bosque completamente nevadas, animales en libertad revoloteando y corriendo, tratando de esquivar los copos que caen de los abetos...

Una imagen que encontramos en uno de los refugios de montaña más lujosos de la estación francesa de Megève y que, a priori, no esperaríamos de un hotel de cinco estrellas con 70 habitaciones, sino más bien de un establecimiento boutique con encanto y no más de 4 estancias. Pero la realidad está ahí, y no hay nada como alojarse en Les Fermes de Marie para disfrutar de la estación alpina con todas las comodidades.

Situada a apenas 10 minutos andando del centro de Megève, el hotel ofrece a sus huéspedes un servicio de transporte continuo a los remontes, así como a cualquier parte de la villa. Además, el aeropuerto de Ginebra se encuentra a apenas una hora, lo que hace de este refugio toda una opción para escapadas cortas, incluso en verano.

Las habitaciones no son extremadamente grandes, aunque sí lo suficientemente amplias y coquetas como para facilitar el descanso. Así, tenemos desde las Club Room, con balcón y pensadas para una pareja; a las Bedroom & Lounge Area, algo más grandes (32 metros cuadrados) y las Junior Suite, de 45 metros cuadrados, terraza y paredes de listones de madera que afianza la decoración rústica y alpina del hotel (a partir de 250 €/noche).

El punto fuerte del establecimiento es su spa, premiado por numerosas publicaciones especializadas. Se llama Pure Altitude y trata de unir una filosofía holística y de bienestar al ambiente alpino, por lo que no faltan instalaciones tradicionales de madera o una gran utilización de materiales orgánicos. Cuenta con una piscina interior, jacuzzis tanto exteriores como interiores, saunas (también dentro y fuera del complejo), sala de fitness, sala de relajación, hammam, sauna húmeda... y una carta de tratamientos en las que se usan los propios productos del spa, creados allí con 50 plantas alpinas.

Toda una indulgencia que rematará una escapada invernal a una de las estaciones más impresionantes de Europa.