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Ty Warner Penthouse, el ático con la cama más exclusiva de Estados Unidos

Es la suite estrella del hotel Four Seasons de Nueva York y cuenta con una cama de más de 125.000 euros. La más cara del país.

Hace unas semanas abría sus puertas en Nueva York la última gran apuesta de la cadena Four Seasons en la Ciudad de los Rascacielos: el New York Downtown. Pero la torre de 82 plantas en Tribeca no ha ensombrecido el que era, hasta entonces, la única presencia de la hotelera en Manhattan. Más bien, se trata de un añadido, pues el clásico no desmerece, sobre todo a la hora de dormir.

Y es que una de las suites del cinco estrellas puede presumir de contar con la cama más lujosa, exclusiva y, sobre todo, cara de todo Estados Unidos. La encontramos en el ático, en la Ty Warner Penthouse, donde el lujo se ha llevado al extremo, hasta el punto de que casi nos imaginamos más esta suite en Dubái que en Nueva York.

La cama de este rincón no es una más. Para empezar, se trata de la firma Hästens, reconocida como una de las mejores y más caras del mundo. Pero no es solo un colchón exclusivo, sino que se ha personalizado para ir aun más allá, al ser una cama con dosel hecha a mano (se calcula que unas 300 horas de trabajo) y que se remató con terciopelo veneciano estampado a mano y un colchón tejido con hilos dorados de 22 quilates. Como, además, hay que sumar unas sábanas de seda tailandesa ultraexclusivas, el resultado es una cama que supera ampliamente los 125.000 € de valor.

La Ty Warner Penthouse es una de las tres suites especiales del hotel, junto a la Royal y la Presidential, una categoría por encima de las porpias suites con vistas a Park Avenue. Con un espacio de 400 metros cuadrados este particular ático está diseñado por Peter Marino y I.M. Pei, que se decantaron por incluir multitud de obras de arte de todo tipo de artistas. Las vistas a 213 metros sobre Manhattan, eso sí, no hay obra de arte que las supere.

Por cierto, que la suite, además de un dormitorio increíble (solo uno, es para dos personas), viene acompañada de un servicio de chófer ilimitado en Rolls-Royce Phantom, mayordomo 24 horas, caviar ilimitado, champán sin fin y servicio de masajes 24 horas. A la altura de semejante cama, claro.