Se presenta como el hotel más pintoresco de Suiza con programa de bienestar, aunque también podría decirse algo parecido de su marco natural, pues se encuentra en una de las regiones más bellas del país helvético. De todos modos, hay mucho que destacar en el Tschuggen Grand Hotel, un cinco estrellas muy particular.
Situado en el valle de Arosa, a no demasiada distancia del pico de la montaña de Graubünden, este cinco estrellas Gran Lujo de 98 habitaciones y 32 suites es toda una delicia. Pertenece a The Leading Hotels of the World y Leading Spas y cuenta con todos los servicios, y más.
Más porque, por ejemplo, posee su propio tren para ir desde el complejo del hotel hasta las pistas de esquí y la estación cercanas, las mismas que se ven desde los grandes ventanales de sus habitaciones, coronadas por un singular juego de velas que hacen del hotel un ejemplo de arquitectura diferente.
El interiorismo corre a cuenta del diseñador Carlo rampazzi, que ha dejado su huella con una multiposición de estampados y colores, así como en el uso de los mejores materiales, los más lujosos y delicados. Además, el arquitecto Mario Botta ha querido encargarse del spa del complejo, uno de los espacios wellness más interesantes del mundo.
El Tschuggen Bergoase, que es así como se llama el balneario, ocupa 5.000 metros cuadrados y cuenta con doce salas de tratamientos, dos suites privadas, piscinas tanto interiores como exteriores, diferentes saunas y baños de vapor (una de ellas, exclusiva para mujeres), una sala de fitness y el aporte de firmas cosméticas como Clarins, Dermalogica, Sensai, OPI...
En el spa tenemos un Lounge Café de cocina fresca y saludable. Pero en el Tschuggen Grand Hotel hay otros cinco rincones gourmet, comenzando por La Vetta, el espacio más informal; y siguiendo por el Grand Restaurant, de cocina contemporánea y lujosa, así como The Basement, el más lujoso del complejo y solo para cenas. Para vistas, la mejor elección es La Collina, donde la carta es rica en sabores del mundo.
Sin duda, hacer las maletas para coger el tren sin conductor del Tschuggen Grand Hotel, disfrutar de sus amplias habitaciones, descender por las estaciones de Arosa y probar su suculenta comida es mucho más que un buen plan. Desde 708 €/noche.
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