Las Sychelles -cabe que no las 115 islas que conforman el archipiélago pero sí algunas de ellas- eran hogar de piratas y puerto de atraque de sus malintencionados galeones allá por el S.XVII, cuando los ingleses regresaban de las Indias con los suyos cargados de riquezas variopintas que, en una u otra ocasión, acababan bajo la bandera blanquinegra rumbo a las paradisíacas Seychelles.
Una de esas islas que fueran refugio de piratas primero, y colonia británica y francesa después acogiendo entonces viajeros de todo el mundo conocido, es Fregate, la isla de las 7 playas a cada cual más de paraíso que la anterior, con su pequeño puerto y su club náutico privado, su naturaleza salvaje, sus jardines y su punto más alto -Mont Signal- desde donde se disfruta una vista panorámica única de toda la isla.
Un resort ubicado en un lugar así ha de sumar bienestar a la belleza de su entorno y, el que ocupa Fregate, no defrauda tal espectativa; residencias con piscina privada o villas con vistas, intimidad e incluso un chef dedicado porque la gastronomía es otro punto cuidado al extremo reinando en sus recetas las frutas y verduras de las huertas de este paraíso terrenal; decoración cálida y todo un complejo de piscinas, retaurantes, lounges... e incluso una capilla.
Y no, no exagerábamos cuando decíamos que esta isla puede ser tuya por unos días... no diremos que sea fácil ni hablaremos del maldito parné... pero si confirmaremos que Fregate se alquila también al completo, de modo que sólo te cruzarás en sus caminos y en los hedonistas rinconres de su resort con quienes te acompañen en tan soberbio viaje.
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