Poco a poco, Madrid ataja uno de los principales problemas hoteleros de los que adolecía la capital: una buena oferta de lujo en su arteria principal: la Gran Vía. Aun hay espacio para dos o tres aperturas más, ojalá de grandes cadenas que den a la ciudad la impronta necesaria, pero pocos comienzos hay mejores que el de este 2015 en esa materia, con el comienzo de la gestión por parte de Iberostar del Hotel de las Letras y la apertura por todo lo alto de The Principal Madrid, un nuevo establecimiento que viene avalado por el buen gusto y el saber hacer en términos de lujo y elegancia de Único Hoteles.
Era uno de los más esperados y Gran Vía necesitaba algo así: coqueto, elegante y exclusivo sin titubeos. Aún seguíamos viendo el Hotel Único, en Claudio Coello, como novedoso y ahora este de 76 habitaciones y suites le quita protagonismo.
Quizás porque juega con algunas de sus armas, como la gastronómica. Y es que The Principal cuenta en sus plantas superiores con dos espacios, nunca mejor dicho, 'de altura': El Ático y La Terraza, con zonas ajardinadas y en las que es posible tomar el sol, un cóctel o unas raciones concebidas por el maestro Ramon Freixa, que es quien se encarga también aquí de la parte culinaria. Merece la pena tomarse un cóctel acompañados de propuestas para compartir como las 'Patatas mansas' (una variedad de bravas) o los barquillos de Parmesano.
De hecho será difícil que alguien le quite a La Terraza, a nada que haga buen tiempo, el título de 'terraza más de moda de Madrid', pues a ver quién dice no a tomar un cóctel clásico en plena Gran Vía y con los edificios más emblemáticos rodeándote y tú en el tejado de lo que sería una planta séptima...
El edificio en el que está el hotel se corresponde con un palacete levantado en 1917, con una estructura que ha respetado al máximo tanto la fachada como en su interior.
El resultado es una mezcla entre loft, club inglés, hotel señorial y, al mismo tiempo, centro de ocio y diseño, vanguardia hotelera y poderío multimedia (la habitación se puede controlar a través de Bluetooth desde el móvil de cada huésped, por ejemplo). La propia decoración refleja esta mezcla, con lámparas de los 70, sillones Chester, esculturas posmodernas, chimeneas de estilo francés...
La experiencia comienza en la sexta planta, donde se encuentra la recepción, junto a El Ático. La idea es que ya la primera impresión sea caer maravillado ante una vista de casi 360º de la Gran Vía. Suena siempre de fondo una música que ha creado un DJ y cuyas listas de Spotify están al alcance de huéspedes e invitados.
Luego toca disfrutar de la habitación, con todo tipo de almohadas, cosméticos de Gilchrist & Soames, sistemas de audio hi-fi y, en el caso de la Suite Gran Vía, hasta 50 metros cuadrados para hacer de este rincón un hogar de lujo, con un gran salón y unas vistas impresionantes que, de noche, aún merecen más la pena.
Nota aparte hay que dedicar a la Wellness Suite, un pequeño spa que se reserva en exclusiva para un uso individual o en pareja y que permite disfrutar en la intimidad de una sauna, un tratamiento cosmético, un masaje...
A partir de 205 €/noche, una experiencia de lujo y elegancia que será complicado olvidar y que nos permitirá, al menos durante unas horas, sentirnos más madrileños que nadie. Y es que pocos pueden afirmar que duermen en su principal y más emblemática calle...
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