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Relajación alpina en las torres de Courchevel

El hotel Le Mélézin, con sus torres vigía ocupadas por suntuosas suites, es una opción perfecta para disfrutar de los Alpes Franceses.

Courchevel es una de las estaciones alpinas más imponentes de Francia. Situada en la región de Los Tres Valles, con una aluta que oscila entre los 1.300 y los 2.734 metros sobre el nivel del mar, en ella es posible de disfrutar de 150 km. de pistas, casi un centenar de ellas, algunas tan míticas como la Grand Couloir, una pista negra de vértigo.

La cadena hotelera Aman cuenta allí, en la cota 1850, con un pequeño hotel que abrió sus puertas como refugio de montaña en la década de los 50, bajo el nombre de Le Savoy (se encuentra en la Saboya francesa), pero que ahora es conocido como Le Mélézin. A pie de pista de la Bellecôte, en el corazón del valle, es perfecto para los amantes del esquí (además de Courchevel, tiene Méribel y Val Thorens a un paso). Su estructura, con unas grandes torres en las esquinas del edificio, lo hacen inconfundible.

Sus habitaciones gozan de imponentes vistas sobre las montañas, y no solo desde los balcones y terrazas de estas, sino también desde los baños y los lounges de las habitaciones superiores. Además, la apuesta por una decoración alpina tradicional convierte todo en un marco excepcional.

Claro que la sensación de encontrarse en una postal es constante. Paneles de madera, suelos también de madera, con alfombras y mullidas moquetas, grandes ventanales que permiten ver el exterior sin que pase el frío, jacuzzis... En las torres del edificio se encuentran las mejores suites, como La Vanoise, de 80 metros cuadrados, y que es todo un ático de lujo, con su propia chimenea y un balcón que da al sur.

La restauración del hotel se basa en la cocina francesa contemporánea, con menús en los que los protagonistas son los productos orgánicos de granjas cercanas, así como el queso de Beaufort y la carne alpina. Pequeñas velas en las mesas y manteles tradicionales le dan el toque alpino necesario.

Con un magnífico spa en el que relajarse tras el esquí, recibiendo un masaje o un tratamiento de belleza, o bien una clase de yoga o un baño de vapor en el hamam o de burbujas en el jacuzzi, no habrá jornada que no acabe relajadamente.

Toda una experiencia que puede ser disfrutada desde 1.100 €/noche.