¿Quién no ha soñado alguna vez con disfrutar de una villa privada a apenas diez metros del mar, en una playa natural prácticamente desierta? Esto es precisamente lo que disfrutan aquellos que se decidan a hospedarse en el Surfsong, un resort boutique situado en la playa de Tórtola, en las paradisíacas Islas Vírgenes Británicas.
Los arrecifes de coral de Well Bay pueden ser el aperitivo de una jornada inolvidable si, tras un opíparo desayuno, decidimos que nada como hacer un poco de submarinismo; aunque aquí lo que abunda es el surf. Con buenas olas y viento, es posible realizar tanto wind como kitesurf, así como practicarlo junto a la orilla o en tabla rasa, ya que se trata de una zona casi desierta y apenas hay bañistas.
No será la única actividad acuática que pondrán a nuestra disposición: vela, catamaran, kayaks... Todo aquello que se pueda hacer en las aguas del Caribe es posible. Y, por supuesto, la pesca. Ya sea en alta mar, en el arrecife o desde un pequeño bote, los amantes de este deporte no apto para impacientes tienen aquí un auténtico sinfín de posibilidades.
Las villas, con capacidad para hasta 8 personas, están completamente equipadas. Pero no sólo para la vida normal de una semana de playa, sino también para el hedonismo. No falta ni la hamaca junto a la terraza, las vistas al mar o los grandes sofás donde, sí o sí, echarse una pequeña siesta. A partir de 3.000 dólares la semana, es posible conseguir un huequito en este paraíso en el que no faltan olas ninguno de los 12 meses del año.
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