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Quinta da Casa Branca, entre la tradición y la modernidad en el centro de Funchal

Quinta da Casa Branca, un hotel boutique que se distingue por su estilo arquitectónico decididamente vanguardista en medio de un hermoso jardín botánico.

La historia de la Quinta da Casa Branca comienza a mediados del siglo XIX, cuando los antepasados de los actuales propietarios, la familia Leacock, plantaron en este mismo lugar seis hectáreas de viñedos y plátanos. La excepcional ubicación de la finca, hoy situada en la zona alta del barrio de Sao Martinho de Funchal, hizo que, a finales del siglo XX, la familia apostase por desarrollar un hotel boutique con un diseño arquitectónico decididamente vanguardista. Gracias a este trabajo, el arquitecto Joao Favila Menezes y sus colegas del Atelier Bugio ganaron el prestigioso Premio de Arquitectura de la Ciudad de Funchal de 1999.

Quinta da Casa Branca rompe completamente con la arquitectura tradicional de las Quintas portuguesas. El principal objetivo de Joao Favila fue la integración del edificio en su ambiente natural. Sin dejar de subrayar la hermosa relación visual del entorno con el mar, y el carácter volcánico de la isla, motivo este último por el que seleccionó la pizarra como material principal. El mejor lugar para apreciar plenamente este sencillo diseño inspirado en Frank Lloyd Wright es la recepción, un gran cubo de cristal y acero cuya terraza ofrece una vista directa al mar y las colinas sobre las que se asienta la ciudad.

En contraste con la arquitectura vanguardista del diseño exterior, el diseñador de interiores ha optado por utilizar materiales y colores para crear un ambiente cálido, contemporáneo sin ser minimalista. Con un estilo a medio camino entre la tradición y la modernidad, Quinta da Casa Branca cuenta con 43 espaciosas y muy luminosas habitaciones con terraza privada, algunas en planta baja, que dan a un hermoso jardín botánico de algo más de una hectárea, famoso por la riqueza y diversidad de sus árboles y plantas tropicales importadas de todo el mundo. Un auténtico vergel articulado por senderos de grava que además de aportar bienestar visual y frescor, genera privacidad, creando un ambiente de serenidad.

Si lo que deseas es maximizar tu experiencia personal debes saber que separados del moderno hotel boutique se ubica la Manor House, la imponente casa solariega que da nombre al conjunto y que era la residencia privada de la familia Leacock, antiguos comerciantes de vinos de Madeira. Construida al estilo clásico de las quintas portuguesas, con sólidas paredes de piedra blanca local y decorada con muebles antiguos portugueses, candelabros venecianos, pinturas sorprendentes y tapices de la colección privada de la familia, la Manor House alberga 5 suites exclusivas en su arquitectura y decoración.