A medio camino entre la localidad de Puerto Escondido y el Parque Nacional de las Lagunas de Chacahua hay kilómetros de playas vírgenes en donde el turismo aún no se ha asentado. Es una zona del Pacífico mexicano que está por descubrir y que algunos privilegiados ya han hecho suya, atraídos por la tranquilidad y la quietud, por la posibilidad de estar en contacto directo con la naturaleza.
Allí se encuentra un pequeño hotel boutique formado por apenas 16 bungalows independientes, con techos de paja de estilo tradicional que esconden, en su interior, todas las comodidades. Se encuentran a pie de playa, rodeados de cactus y otras especies autóctonas y, juntos, forman un complejo ideado por el arquitecto Federico Rivera Río, que se inspiró en las palapas y que quiso unir tradición e innovación para viajeros que llegan hasta aquí buscando baños de sol y buenas olas para surfear.
Sin llegar a ser una playa privada, la del Hotel Escondido está prácticamente a disposición en exclusiva de los huéspedes, que descansan en grandes camas XXL en habitaciones donde poco más hay que encontrar. No es un hotel pensado para pasar muchas horas dentro, sino fuera, de ahí que cada bungalow cuente con su propia zona de terraza, con un sofá para descansar al aire libre.
Pero eso no quiere decir que no se haya cuidado el interior. La madera es fundamental en su interiorismo, con grandes paneles en el suelo que contrastan con los que jalonan paredes, el techo y las paredes, muchas de ellas formadas en exclusiva por puertas de finos paneles que hacen las veces, a su vez, de persianas. La zona de baño se encuentra separada del dormitorio y en ella, la única con suelo de granito, se puede guardar cómodamente la tabla de surf.
Perteneciente a la cadena Design Hotels, es posible alquilar una Suite Doble (30 metros cuadrados, con dos camas y terraza) desde 207 €/noche. También está la opción de la habitación Deluxe, con cama de matrimonio, por 188 €/noche.
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