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Un hotel de diseño y belleza vintage entre palmeras y arenas doradas, en República Dominicana

Un rincón privilegiado del norte de República Dominicana alejado de grandes complejos turísticos y con el mejor interiorismo.

Río San Juan es uno de los rincones más deliciosos de la costa norte de República Dominicana. Este pueblito de 15.000 habitantes a una hora de Puerto Plata mantiene sus casas de maderas pintadas de vivos colores, con una población que en su día a día ve como empieza a ser cada vez más cotizado su rincón del Caribe por los turistas.

Poco a poco, comienzan a abrir más hoteles en la zona. Algunos, como el Playa Grande Beach Club, que aun no tiene un año de vida y con muchísimo encanto; y es que se trata de un hotel boutique en plena playa con apenas tres bungalows a cuál más bonito y seis habitaciones. Está en Playa Grande y no sería exagerado decir que parece creado para ser fotografiado por revistas de decoración y moda, aunque se explica cuando sabemos que detrás del proyecto hay renombrados personajes de la arquitectura, la moda, la actuación y el periodismo de estilo de vida de Nueva York. Entre otros, el arquitecto Richard Meier.

Con una arquitectura a medio camino entre el estilo victoriano y el tropical, se levanta en lo que fue un antiguo club privado, y se ha mantenido la pátina de intimidad en todo el complejo. Se desarrolla tanto en los bungalows de un dormitorio como en los de tres. En estos últimos, imposible no fijarse en los doseles de las camas creados con falsas lianas, la grifería de cobre o la terraza sureña, con detalles art decó.

Azulejos, muebles y electrodomésticos vintage, loza de porcelana... cada detalle está cuidado al máximo en Playa Grande Beach Club para sorprender. Y, por supuesto, está la playa, con tumbonas y coquetas sombrillas también de estilo vintage, rodeada de palmeras y con un gran arenal dorado a los pies.

El hotel cuenta con un espacio que los propietarios han querido brindar a comerciantes y productores locales para que puedan vender allí sus productos y sus artesanías a los huéspedes, si así lo desean, bebidas y comida incluidas. Además, ayudan al desarrollo de la zona participando en proyectos educacionales.

Disfrutar de este lugar de ensueño en la República Dominicana es posible a partir de 710 €/noche.

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