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Mucho más que lujo con vistas

Uno de los mejores cinco estrellas de la capital japonesa: el Hotel Park Hyatt Tokyo.

¿Un cóctel ante el atardecer de Tokio desde la planta 52? ¿Degustar un macaron que no tiene nada que envidiar a los parisinos a 30 plantas de altura? ¿Un relajante baño a 47 alturas en una piscina de 20 metros de largo? A cuál plan mejor, y todos en la misma ubicación: el rascacielos Shinjuku Park Tower, un inmenso edificio diseñado por Kenzo Tange y dividido en tres torres conectadas cuyas 14 últimas plantas las ocupa uno de los mejores cinco estrellas de la capital japonesa: el Hotel Park Hyatt Tokyo.

Pionero en hoteles de lujo ubicados en rascacielos, el Park Hyatt sigue siendo un referente del lujo. Eso sí, la experiencia no comienza en la planta 41, en la que se encuentra una impresionante biblioteca y la recepción, que se realiza en pequeñas mesas individuales; sino en la propia planta baja del edificio. Allí, una pastelería artesana con su propio obrador crea maravillas dulces que degustar en un bar delicatessen decorado con esculturas contemporáneas. Además, es posible adquirir productos de todo el mundo (llama la atención al turista español que estén los tintos de la bodega del futbolista Andrés Iniesta).

Un rapidísimo ascensor lleva al huésped hasta la planta 31. Basta salir de él para extasiarse ante una inmensa vista de la ciudad, visible gracias a una amplia cristalera a cuyos pies se encuentra un bar donde recibir visitas. Es la misma sensación de quedarse boquiabierto que sientes al entrar en las habitaciones, ya que es posible ver prácticamente todo Tokio, incluso el sagrado monte Fuji si el tiempo acompaña.

Sus 177 habitaciones (23 de ellas, suites, algunas con piano, colecciones privadas de libros y hasta 290 metros cuadrados) son amplias y no falta ningún detalle (a partir de 325 €/noche). Desde una perfecta selección de whiskies japoneses y sakes en el minibar a cosméticos de la firma australiana Aesop, no hay ni un detalle al azar. ¡Hay hasta kimonos!

Contar con tres últimas plantas, una por torre, permite diferentes espacios y miradores. Ninguno como tomar una copa en el New York Bar, planta 52, la de mayor altura, y sentarse cómodamente a fascinarse con las vistas. No es el punto más alto de la capital, honor que tiene el Tokyo Skytree, pero por algo más que el precio de la entrada y unos metros menos de altura que éste, tienes la misma calidad de vista pero sin agobios, ni turistas y la relajación del mejor cóctel de la ciudad en la mano...

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