En pleno centro de Berlín, frente a la catedral y a un paso de Alexanderplatz, se encuentra un exclusivo hotel de cinco estrellas que destaca en la ciudad gracias a un gran cilindro suspendido en su lobby. En él, especies marinas pasean ajenas al hecho de encontrarse a muchos kilómetros del mar, en un acuario de 25 metros de alto que no dejan indiferente a aquel que entra en el Radisson Blu.
Se llama AcquaDom y es el acuario cilíndrico más grande del mundo. Un reclamo turístico que seguro que a más de uno fascina. Hospedarse en una de las 427 habitaciones del hotel permite poder disfrutar del mismo en todo momento, siendo testigos de cómo cambia toda la iluminación del atrio del hotel según van pasando las horas del día, el atardecer, etcétera. Además, resulta curioso ver también a los operarios en pleno trabajo de mantenimiento. Escenas todas que casi nos hacen olvidar que estamos realmente dentro de un hotel... ¡en el centro de la capital alemana!
La cadena escandinava cuenta en Berlín con uno de sus buques insignias. Junto al río Spree, es posible tomar una copa en su bar Atrium, bajo el acuario, o comer algo más contundente en su terraza, perteneciente al restaurante Heat. Aquí la idea no es sólo quedarse en la habitación, sino disfrutar de todas las dependencias del establecimiento.
Entre sus habitaciones destaca la suite Nikolai, con fantásticas vistas sobre la catedral y que incluye cocina, jacuzzi independiente, salón y un gran comedor con una mesa ovalada en medio, perfecto para cenas o reuniones de hasta ocho personas. Las camas, como no podían ser menos, son king-size y todo el conjunto de la suite mide 101 metros cuadrados.
Una buena excusa para hacer de una escapada a Berlín una oda a la originalidad, con o sin pecera.
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