De la mente del arquitecto Jean Marc Eynaud y el diseñador David Edwards surgió un espacio que se ha convertido en, si no el mejor, sí uno de los rincones más deseados a la hora de pasar un largo fin de semana de descanso: el hotel Le Prince de Mauricio. Todo en él gira en torno a la luz y a los preceptos del Feng Shui, una búsqueda constante de armonía que hace que el espacio sea íntimo y acogedor, con un uso excelente de las maderas, la vegetación exuberante de esta perla del Índico y toques propios del siglo XXI.
A la hora de elegir dónde dormir, el huésped puede optar por una de sus Junior Suites de 70 metros cuadrados, con amplias camas King Size, u optar por ir más allá y reservar una de sus majestuosas villas. Éstas se encuentran frente a la playa, con piscina privada, o junto a una reserva natural con peces multicolores que se ven gracias a una terraza sobre pilares en plena laguna. Equipadas, entre otras facilidades, con jacuzzi y aparatos Apple, cada una ofrece 130 metros cuadrados de lujo a la carta. Aunque si se quiere tirar la casa por la ventana, en ese caso hay que hacerse con la Princely Suite, con dos piscinas, cuatro terrazas privadas y un acceso privado a la playa.
Como no puede ser menos en Mauricio, en Le Prince es posible jugar al golf. El recorrido de 18 hoyos del Belle Mare Plage está a disposición de los huéspedes, un campo que acoge pruebas de la MCB Tour Championship y que incluso cuenta con la academia de Marc Farry en sus instalaciones si se desea mejorar el hándicap. Pero no es la única actividad deportiva, el buceo es otro de los platos fuertes, y es posible hacerlo en un arrecife de entre 10 y 16 metros de profundidad o en el Anne's Place, con 18 m de descenso para disfrutar de la belleza del coral y una fauna única.
Con spa de Sisley y perteneciente a The Leading Hotels of the World, es posible disfrutar de este rincón de Mauricio a partir de 515 €/noche.
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